sábado, 16 de diciembre de 2017

Un vidente

¿Seré un vidente?
Justo en la misma mañana que se desataron los disturbios por el centro de Buenos Aires, en el Congreso y en la Legislatura bonaerense, escribí lo que escribí en la entrada anterior.
Pero pensándolo bien, no es cuestión de tener muchas luces para darse cuenta del juego que está jugando la oposición en Argentina. Los tipos se empeñan en crear climas agobiantes, reproducidos hasta el infinito por los medios, tratando de volcar la opinión pública en contra del Gobierno.
No les importan los jubilados, ni los pobres, ni los indigentes, ni el país. Así fue durante doce años. En realidad, solo quieren el poder. Pero el poder se les va alejando cada vez más, con cada movida que realizan. Y lo saben. Por eso están tan encarnizados. Por eso también van perdiendo los límites. Cualquier cosa les sirve. Están violentos.

Habrá que aguantar un poco más. De parte mía apoyando contento este buen Gobierno. 

jueves, 14 de diciembre de 2017

Fin de año en Argentina

Soy un laburante. Empeñoso, metódico y sin medida en el esfuerzo. Las pocas cosas que tengo las hice trabajando honestamente. El progreso fue lento y sostenido durante más de treinta años.
Pasaron los gobiernos más dispares y el tipo (o sea el que esto escribe), como una hormiguita, haciendo lo suyo sin ninguna ayuda del Estado. Es por esto que me considero en condiciones de opinar sobre la realidad. No le debo nada a nadie.
Mis comienzos como profesional coincidieron con el triunfo de Alfonsín, al que, aunque no lo voté, supe defender incluso frente a sus correligionarios, cuando resignó el gobierno después de una crisis generosamente creada por la oposición peronista. Siguió Menem y su desfachatez, dejando una grave degradación moral en el país. Con él daba todo igual. Fue el prototipo del piola, canchero y mujeriego, cosa que no sería tan grave si no hubiera alentado la idea de que es lo mismo “un burro que un gran profesor”. De la Rúa tal vez fue producto del cansancio de la sociedad frente a tanta impudicia. Era un hombre serio y reflexivo, aunque falto de energía, al que también, el peronismo se lo llevó por delante. Después de la crisis de gobernabilidad que creó su salida, apareció Kirchner y con él (ellos), los doce años más tremendos de saqueo y corrupción de los que haya memoria. Se robaron todo. Y al estar la cabeza podrida, abrieron la puerta para que cualquier funcionario menor se sumara a la fiesta. Hasta se llevaron los muebles de los despachos que abandonaron en 2015.
Nuevamente la sociedad se cansó y llegó Macri a la presidencia. Y por fin veo alguien capaz de dar vuelta el país. Un hombre íntegro, honesto, inteligente y con ideas que trascienden el momento. Imagina un futuro grande y trabaja sin descanso para encaminar las cosas. Esta vez hay una cabeza sana y confiable, y una persona así, a la fuerza se rodea de gente parecida.
Por eso me da mucha bronca ver como se mueve la oposición política y los sindicalistas, tratando de destruir, desacreditar, impedir y molestar permanentemente. Es muy triste.
Ojalá este gobierno siga para adelante. Se ve que tiene mucha fuerza para aguantar tanta porquería.

   

martes, 12 de diciembre de 2017

Un regalo inesperado

El cerezo y la cereza

En el fondo de mi casa tenemos muchos árboles frutales. Van entregando sus productos en distintos momentos, así que hay frutas casi todo el año. Primero son las cerezas, y luego siguen las ciruelas, duraznos, membrillos, manzanas y por último los cítricos, que duran casi todo el otoño y parte del invierno.
Pero los árboles se enferman, y nuestro lindo y enorme cerezo, se llenó de bicho taladro. No hubo manera de curarlo. Le puse capsulas insecticidas en el tronco, lo fumigué, le fui sacando las partes afectadas, pero nada. El enemigo se lo fue comiendo por dentro, hasta dejar casi todas sus ramas huecas. El pobre me miraba como pidiendo ayuda, con esos ojos tristones que tienen los árboles, así que me decidí por hacer una cirugía radical y lo desarmé todo con la motosierra. Le dejé solo el tronco y unos pedazos grandes sin bichos. Pensé: ¡Y bueno! ¡Que sea lo que Dios quiera!
Cuando llegó la primavera, el enorme tallo empezó a brotar y pronto se llenó de ramitas y largó algunas flores.
¡Y se formó una cereza! Una única fruta que está allí madurando despacio como un regalo de mi buen árbol.
Seguro que me va a dar lástima, pero cuando esté bien madura me la voy a comer con ganas.




viernes, 8 de diciembre de 2017

Amenaza de muerte

Estábamos los tres sentados debajo del árbol grande, aprovechando su sombra generosa. Es lindo tomar unos mates después de la siesta en los días de más calor. Molestan un poco estás mosquitas que llaman Barigüí. Se vienen en manadas, y como son mordedoras, hay que tener mucha templanza para aguantarlas quietito.
Blackie y Tiger, la perra y el gato de la casa, tirados en el pasto y yo en una silla bajita.
-¡Va lindo! ¿Nó?- Dijo de pronto Tiger, un muchacho bien cazador de pajaritos y lauchas, pero que se mueve con la elegancia y pereza de todos los gatos.
-¿Qué cosa?- Preguntó Blackie, siempre atenta a los ruidos de la calle para salir ladrando a cualquier auto o moto desprevenida.
-¡La vida! ¡Por lo menos para mí! Tengo varios gatos amigos en el barrio, me muevo por donde quiero, duermo cuando me da la gana, si rasco un poco la puerta de la veterinaria me llenan el plato de alimento y hasta ahora nunca me enfermé de nada ¿Qué más puedo pedir?-
-¡Y sí! ¡Pensándolo bien tenés razón! Yo no tengo tanta suerte. Anoche me amenazaron de muerte-
Me cebé un mate espumoso y me sonreí divertido. Blackie tenía razón. Yo fui testigo y partícipe del asunto pero la dejé seguir con el cuento.
-¿Cómo que te amenazaron de muerte?- Preguntó Tiger escandalizado ¿Hiciste algo grave?-
-¡Mirá! Ya estaba oscuro y yo conversaba en la vereda con las perras de la vecina. De pronto vimos venir un tipo en bicicleta haciendo unas piruetas de cordón a cordón. En cuanto pasó al lado nuestro le hicimos una corrida ladrando y el hombre, en vez de seguir sin darnos importancia como hacen todos, empezó a gritar como loco, frenó y al querer pisar en el asfalto se cayó de culo-
-¿Estaría enfermo?- Preguntó Tiger
-¡Dejame terminar a mí!- Le dije a Blackie –Ya te tengo dicho que eso que hacen no está bien y que si te agarró te voy a dar una buena soba. Anoche yo también sentí los gritos y por eso salí a ver que pasaba. El hombre no estaba enfermo. Estaba completamente en pedo y por eso se cayó-
-¿En pedo?
-¡Sí! ¡Lleno de alcohol! En cuanto me vio, la señaló a Blackie y con la lengua dura como madera dijo:
¡Esa perra se va a morir pronto! ¡Le voy a pedir un fusil al ejército y le voy a meter un cuetazo!-
-¿Será verdad?- Preguntó Blackie temblando.
-¡Cómo no! ¡Si seguís ladrando a los ciclistas sos boleta!-
La perra escondió la cara entre las manos y yo seguí tomando mate tranquilamente. Ojalá escarmiente, aunque la amenaza haya sido un poco exagerada.


Lo que se viene

  Me pasa muy seguido de querer ponerme a escribir notas, artículos técnicos o relatos, tal como hago desde hace muchos años, y encontrarme ...