viernes, 24 de noviembre de 2017

El pueblo y el tiempo


Este es un tema del que ya les he contado otras veces, pero cada vez estoy más contento de vivir en un pueblo chico.
San Manuel tiene 7 cuadras de largo por 4 de ancho, más algunas quintas “del otro lado de las vías”. Aquí vivimos alrededor de 1500 personas así que nos conocemos todos. Además, los más antiguos saben de parentescos hasta dos o tres generaciones atrás. El paisaje, al estar metidos en medio del cordón serrano de Tandilia, es tremendamente bonito. Y por si esto fuera poco, hay unos lugares fantásticos para visitar en estas sierras.
Pero una de las cosas que más me entusiasma, es que no se pierde tanto tiempo como en las ciudades.
Acá no hay que hacer colas para ningún trámite. Todo se hace rapidito y en medio de saludos y charlas con los vecinos. Se estaciona en cualquier lado, siempre frente al negocio o la casa que uno va a visitar. Y gratis. Cuando salimos a trabajar al campo, no recorremos más de tres o cuatro cuadras, y ya estamos en el camino vecinal que nos lleva a donde queremos.
La vida es así, fácil, simple y segura, porque no se si les comenté que no hay inseguridad. Las bicicletas de los chicos quedan tiradas en la calle toda la noche y ahí están al otro día, la mayoría de las casas quedan con las puertas sin llave, los cordeles llenos de ropa al alcance de cualquiera, y a muchos vehículos los dejan abiertos y con los papeles en la guantera. Algunos lugares tienen rejas, pero las han puesto como adorno o para que no se escapen los perros.
Los que trabajan en el pueblo, salen de sus casas cinco minutos antes y llegan sobrados.
Entonces queda tiempo para leer, escribir, hacer huertas enormes, caminar o salir a correr, juntarse a tomar mate o comer algún asado, hacer teatro y tantas cosas buenas más.

Siempre haciendo cálculos que me divierten, pensaba que un pueblerino pierde en promedio dos horas menos al día que un habitante de la ciudad, lo que representa 30 días al año ganados para la vida. Impresionante ¿Nó?

Lo que se viene

  Me pasa muy seguido de querer ponerme a escribir notas, artículos técnicos o relatos, tal como hago desde hace muchos años, y encontrarme ...