viernes, 25 de marzo de 2022

Manuel y la hipomagnesemia

 

A mis amigos de tantos años

Hoy comienzo a colgar en nuestro espacio, algunas notas de extensión referidas al tema que más me ha ocupado en tantos años de labor como veterinario que es la ganadería bovina.

Se que hay muchos lectores de este blog que no disfrutarán estos escritos. Les pido paciencia y les recomiendo que cuando vean la etiqueta "extensión" los pasen de largo. Salvo que quieran aprender algunos datos pobres de las vacas.


Manuel y la hipomagnesemia

 

 Un tema recurrente cada invierno es la problemática de la “vaca caída”. En los servicios de primavera las pariciones ocurren a partir de julio-agosto y, con los primeros rebrotes, las consultas o los casos de muertes agudas se hacen presentes. También ocurre algo similar con los servicios de invierno y pariciones de otoño. En la prevención está la solución.

 

Amaneció con una lloviznita suave sobre San Manuel. Preparé el mate y acomodé una pila de papeles para empezar a hacer unos informes atrasados. En eso estaba cuando sonó el teléfono.

¿Jorge?

¡Sí! ¿Quién habla?

¡Manuel Gutiérrez che! ¿Podrás venir hasta el campo? Recién cuando salí a recorrer me encontré dos vacas muertas en la pastura del fondo y me gustaría que vengas a abrirlas.

¡Qué macana Manuel! ¡En un rato salgo para allá! ¿Cómo está la calle?

¡Está firme! Vení tranquilo.

Manuel es un pequeño productor que tiene el campo entre Matienzo y El Lenguaraz. Es un hombre trabajador y muy cuidadoso con la hacienda. Tanto que sus 70 u 80 vacas Angus están gordas todo el año, y siempre tienen porcentajes de preñez que superan el 95%. En este mes de junio, la que él llama la pastura del fondo, presenta un lindo rebrote solo con algunas lluvias como las que tuvimos hace una semana. Es un pasto tierno y aguachento.

Llegué hasta “El Recuerdo” sin inconvenientes y saludé al hombre, que estaba muy apenado con las muertes. Nos subimos en la camioneta junto con sus dos hijos que querían “ir a ver”.

En cuanto llegamos al lugar, nos encontramos con dos enormes vacas negras, muy gordas y además, con una hinchazón muy importante que las tenía con las patas para arriba. Seguramente habían muerto en forma aguda ya que el día anterior, Manuel no había visto nada raro. Cerca de las finaditas estaban acurrucados dos terneros de pocos días. Las dos estaban paridas. Me puse el mameluco, las botas de goma y los guantes y preparé el cuchillo para la primera necropsia.

¿Qué te parece? Preguntó ansioso Manuel ¿Será Carbunclo?

¡Vamos a ver! Primero hice un corte en la zona yugular y un hermoso coágulo asomó por la herida. Después probé el movimiento de manos y patas y el rigor mortis estaba bien presente. ¡No creo que sea Carbunclo Manuel! De todas maneras, vamos a sacar un hueso largo para enviar al laboratorio de bacteriología.

 

Pronto desarticulé y acondicioné un hueso para el laboratorio y completé la necropsia donde vi que faltaban las lesiones características de esa enfermedad tan temida en el campo. Encontré algunos derrames en intestino, colecta de líquido sanguinolento debajo del pericardio e infartos miocárdicos bien evidentes. Los chicos miraban todos mis movimientos con admiración. Hasta uno dijo que quería ser veterinario.

¡Mirá Manuel! De acuerdo a los antecedentes, tipo de vacas, forma de la muerte y las lesiones que encuentro este es un caso de Hipomagnesemia aguda.

¡No me digas! dijo Manuel ¡Tenía razón mi suegro! ¿Y qué tengo que hacer?

¡Escuchame! Este problema tiene al menos tres elementos predisponentes y acá encuentro los tres: Se da más en vacas gordas, con tiempo lluvioso, húmedo y con poco sol, y en hembras en el primer mes de posparto.

-¡No me digas! ¿Entonces tener las vacas gordas no me conviene? ¿Y se me van a morir muchas más? ¿Qué hago ahora?

-¡Antes que nada tranquilizate! Ya tenés la bomba entre las manos. Ahora te conviene arrimarlas muy despacio y sin perros hasta la manga, y aplicarles alguna sal magnesiada inyectable, después cambiarlas de potrero, ponerles a disposición más sales por vía oral y, si podés, darles 1 o 2 kg de grano por animal y por día.

-¿Y el año que viene que puedo hacer para prevenirlo?-

-Podés hacer varias cositas que te van a ayudar. Primero, tratá de manejar el estado corporal de las vacas antes del parto bajándoles la cantidad de comida desde el tacto, hasta el momento en que empiezan a parir. Con esto no las vas a tener tan gordas. Además, hay que agregarles en la dieta, a partir de marzo, sales magnesiadas en cualquiera de sus presentaciones ¡Ojo! Tenés que asegurarte que las consuman, porque las sales magnesiadas son amargas y por esto se les agregan saborizantes que no siempre son bien aceptados por la hacienda. También es bueno vacunar a las vacas contra enfermedades clostridiales, sobre todo porque prevenís la enterotoxemia, que algo tiene que ver también con este problema del magnesio.

¡Otra cosa! Este bajo en el que estamos ahora tiene agropiro y el rebrote de este pasto es especialmente peligroso, aunque tampoco tenés que descuidarte con los verdeos de invierno en general, ni con las pasturas y campos naturales cuando vienen creciendo fuerte ¡En fin! Este es un problema grave desde hace mucho tiempo y todos los años mata una gran cantidad de vacas-

-¡Mejor hagamos una cosa!- Dijo Manuel agobiado -Anotáme todas estas recomendaciones porque tengo miedo de olvidarme de algo ¿No hay nada más que pueda hacer?-

-¡Y si! ¿Sabés rezar Manuel?-    

 

 

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