Todos recordamos aquellos tiempos, cerca de 2010, donde parecía que una
pandemia de Gripe Aviar estaba sobre nosotros y los fabricantes de barbijos en
Argentina (donde no había casos) no paraban de facturar ¿Qué pasó? Nada
A
los hechos puros y duros.
Esta es una infección de las aves
producida por un virus de la familia Orthomyxoviridae. Hay dos tipos
principales. Los de baja patogenicidad y los de alta patogenicidad. Afecta
tanto a las aves silvestres como a las domésticas, produciendo signos característicos
de diarrea y plumaje erizado.
Difícilmente pasa a los humanos. Entre
2003 y 2022 se registraron en todo el mundo solo 868 personas afectadas por el
subtipo H5N1, de alta patogenicidad (información OPS). La letalidad es alta, ya
que de todos ellos, murieron 457 (52%). Considerando que la población mundial
ronda los 7000 millones de personas, hay más probabilidades de morir atravesado
por un meteorito que por gripe aviar, o en un accidente de tránsito, o por
caídas desde una escalera.
La enfermedad es transportada entre
países por aves migratorias y se ha detectado prácticamente en toda América,
desde Canadá hasta Argentina.
Hay dos casos registrados en el
mundo de enfermedad en mamíferos producida por H5N1. El primero en un criadero
de visones en España, y el segundo en poblaciones de Lobos marinos en Perú.
Hay miles y miles de virus en el
planeta, conviviendo con animales (ahí estamos nosotros) y plantas. Cuando uno
se altera y se pone malo, la naturaleza lo pone en su lugar, armando las
estrategias defensivas que correspondan. Los humanos somos capaces de defendernos
activamente con brillantes resultados como contra la Poliomielitis.
Por lo tanto, no deberíamos vivir en
permanente zozobra temiendo por enormes pandemias. El bombardeo de información
que recibimos es de tal magnitud que nos hace perder el foco. Una fotografía de
unos tipos enmascarados metiendo gallinas muertas en una bolsa, repetida
millones de veces, tal vez nos hace pensar que ya nunca podremos comer un pollo
sin sufrir las consecuencias. Por eso, volvemos al comienzo:
¡Tranquilos
con la Gripe Aviar!