martes, 21 de febrero de 2023

¡Tranquilos con la Gripe Aviar!

 

            Todos recordamos aquellos tiempos, cerca de 2010, donde parecía que una pandemia de Gripe Aviar estaba sobre nosotros y los fabricantes de barbijos en Argentina (donde no había casos) no paraban de facturar ¿Qué pasó? Nada

A los hechos puros y duros.

            Esta es una infección de las aves producida por un virus de la familia Orthomyxoviridae. Hay dos tipos principales. Los de baja patogenicidad y los de alta patogenicidad. Afecta tanto a las aves silvestres como a las domésticas, produciendo signos característicos de diarrea y plumaje erizado.

            Difícilmente pasa a los humanos. Entre 2003 y 2022 se registraron en todo el mundo solo 868 personas afectadas por el subtipo H5N1, de alta patogenicidad (información OPS). La letalidad es alta, ya que de todos ellos, murieron 457 (52%). Considerando que la población mundial ronda los 7000 millones de personas, hay más probabilidades de morir atravesado por un meteorito que por gripe aviar, o en un accidente de tránsito, o por caídas desde una escalera.

            La enfermedad es transportada entre países por aves migratorias y se ha detectado prácticamente en toda América, desde Canadá hasta Argentina.

            Hay dos casos registrados en el mundo de enfermedad en mamíferos producida por H5N1. El primero en un criadero de visones en España, y el segundo en poblaciones de Lobos marinos en Perú.

            Hay miles y miles de virus en el planeta, conviviendo con animales (ahí estamos nosotros) y plantas. Cuando uno se altera y se pone malo, la naturaleza lo pone en su lugar, armando las estrategias defensivas que correspondan. Los humanos somos capaces de defendernos activamente con brillantes resultados como contra la Poliomielitis.

            Por lo tanto, no deberíamos vivir en permanente zozobra temiendo por enormes pandemias. El bombardeo de información que recibimos es de tal magnitud que nos hace perder el foco. Una fotografía de unos tipos enmascarados metiendo gallinas muertas en una bolsa, repetida millones de veces, tal vez nos hace pensar que ya nunca podremos comer un pollo sin sufrir las consecuencias. Por eso, volvemos al comienzo:

¡Tranquilos con la Gripe Aviar!

 

 

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