martes, 11 de julio de 2017

De gatos y ratones

Esta mañana crucé el patio desde la casa hasta la veterinaria, rompiendo la escarcha del pasto al caminar. Una helada bruta cubría todo. Apenas prendí la luz apareció Tiger a pedir su ración.
-¡A vos te quería ver!- Le dije después de saludarlo y ponerle el alimento en su platito.
Tomando grandes bocados con avidez, porque el frío le había aumentado el apetito, me preguntó:
-¿Y para qué me querías ver Jorge?-
-¡Tengo una duda!- Y seguí hablando para no cortarle el mastique –En tu mundo gatuno, cuando un animal tiene cuatro patas, cola y pelaje de ratón, olor y movimientos de ratón, vive en cuevas de ratón, hace cagadas de ratón y se aparea con ratonas ¿Qué es?-
Levantó la cabeza, dejo de comer y me miró -¡Un ratón!-
-¿Y vos que hacés con ese animal?-
-¡Me lo como!-
-¡Ahí tenés!- Respondí aliviado -¡Eso es hacer las cosas simples y bien!-
-¿Por qué? ¿Ustedes los humanos no hacen lo mismo?-
-¡No! Acá en Argentina las personas pueden estar negras como la noche, pero no hay manera de atraparlas ¡Y además! Hay otras muchas personas que afirman que son unos soles-
-¡Pobres argentinos!- Dijo Tiger y siguió comiendo.


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