lunes, 2 de julio de 2018

Cero ideología

Realmente, a esta altura no me importa un pito la ideología.
Ya quedó ampliamente demostrado que las peores basuras humanas pueden tener ideologías de lo más dispares. Hasta contrapuestas.
Lo que ya no soporto es que haya tipos que agarren los cargos de gobierno para robar. Robar es un delito ¿Qué parte no se entiende? Y mucho más grave es robarle al país.
Y para robar disfrazan sus inmundicias con consignas vacías, mentiras infames, hipocresía al por mayor y dobles discursos.
Pensé que Menem era el peor castigo que le había tocado a la Argentina, pero vinieron los K y lo superaron hasta lo increíble. Se quedaron con la mitad de la Patagonia (literalmente), coches de lujo a montones, campos por todo el país, miles y miles de propiedades entre casas, hoteles y quintas. Aviones, yates y helicópteros. Contenedores con plata “física” que se les hecha a perder. Cuentas incalculables en paraísos fiscales y sabrá Dios cuantas cosas más.
Por eso me molesta tanto que ahora critiquen y se muestren desesperados por llevar a la renuncia a este gobierno.  
Vuelven a esconderse atrás de falsas ideologías. Que Macri es de derecha y por lo tanto un insensible que solo quiere hacer ricos a sus amigos.
Estupideces que reproducen hasta el hartazgo.
Creo que Macri ha sido una bendición para el país. En tres años ha hecho una obra colosal a partir de la miseria espantosa que le dejaron.
Y vuelvo al principio. No me importan un pito las ideologías. Solo pretendo que a la cabeza del gobierno haya gente inteligente, honesta, trabajadora, humilde y sensata. Sean de derecha, de izquierda, Radicales, Peronistas o de Cambiemos. Que los hay buenos y malos en cualquier lado.

Mientras haya una cabeza sana, el cuerpo se irá acomodando, pero si se pudre la cabeza (como pasó hasta hace poco), el pescado se pudrirá irremediablemente.    

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