miércoles, 9 de marzo de 2011

No es lo mismo

No es lo mismo que te pegue una trompada el flacuchento que vive al lado de tu casa que Mike Tyson.
Es una cuestión objetiva. No hay manera de desmentir esta afirmación.
Pero siempre aparece el tipo capaz de ver el otro lado de las cosas. Eso pasa cuando se habla de las razas perrunas y su peligrosidad.
¿Cómo es posible pensar y afirmar con cara de estudioso-que-las-sabe-todas, que es lo mismo un Rottweiler que un Pequinés para convivir en una casa? Y que su carácter solo depende de la forma en que se lo ha criado.
Esto viene a cuento de dos encuestas que leí en los últimos tiempos, referidas al tema. Una en Argentina y otra en USA. En ambas hay casi un 50 % de colegas veterinarios que dicen que no existen las razas peligrosas. Que esto es solo un invento de la gente ignorante para estigmatizar a los pobres animalitos.
Seguramente que si el Dobermann, el Dogo, o el Rottweiler de su vecino destrozan a algunos de sus hijos hasta matarlos, comprenderán que hubiera sido mejor que ese infeliz hubiera sido dueño de un Caniche, un Collie o un simpático perro salchicha.
Solo basta con ver las estadísticas de accidentes, a veces mortales, por ataques de perros en cualquier lugar del mundo, para entender que siempre habrá perros que son mas peligrosos.
Elegirlos es una cuestión personal y hay que atenerse a las consecuencias.

2 comentarios:

  1. Doc, no sé si ud es de ver el programa del psicólogo de perros César Millán (un groso total). Lo pasan por Animal Planet a las 21 hs.

    El siempre habla de razas fuertes, no de razas peligrosas. Porque peligroso puede ser cualquier animal, eventualmente. Un perro mediano-chico que muerda a un bebé con la suficiente fuerza podría matarlo o desfigurarlo, por decir algo.

    Por eso él siempre dice que todo depende como se educa y socializa al animal y que si un perro tiene disciplina, ejercicio y afecto va a estar balanceado y no habrá riesgos de ataques accidentales.

    Y también dice que los dueños de perros de razas fuertes tienen la responsabilidad de poner mucho cuidado con sus animales, porque si están desbalanceados no solo pueden atacar, sino también tiene la capacidad de producir daños mucho mayores.

    En mi casa tengo una doberman y seis gatos y todos se portan bien y se respetan entre si; así que doy fe que si están bien educados no hay de qué preocuparse.

    Y como siempre, la culpa no es del perro sino del que le dá de comer.

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  2. Hace unos años mis vecinos tenían un collie al que trataban como a un hijo (chicos,¿habrá sido ése el error?). Cuando la pareja tuvo a su bebe, el perro se puso muy celoso. Tal que lo atacó a los días de nacer cuando estaba en su moisés . Por suerte el nene sobrevivió después de estar internado en estado grave, no así el collie. El padre de la criatura tomó la decisión. Uno pensaría que con este tipo de perros no se corren estos riesgos.

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