lunes, 16 de abril de 2012

¡Arreglá la manga!

Uno de los temas de preocupación del veterinario de grandes animales es el estado de las mangas donde trabaja. Para el que no conoce, la manga es como un pasillo de tablas donde desfilan los animales para ser vacunados, marcados y tantas otras tareas. Ese pasillo tiene un montón de accesorios, como trancas para cerrar los distintos sectores, una casilla de operaciones adelante con varias puertas para acceder al animal, un cepo para inmovilizarlo y algunas otras cosas. Finalmente, alrededor de la manga hay una cantidad variable de corrales, donde se pueden encerrar varios lotes de hacienda y apartar o clasificar.
Ocurre que las mangas son inversiones relativamente importantes que se hacen una vez, y en muchos casos, no se vuelven a arreglar o reemplazar hasta que literalmente se caen a pedazos. Entonces es común que los alambrados de los corrales estén con las varillas rotas, los palos flojos y los hilos cortados, haciendo que se escapen algunos pacientes con enorme pérdida de tiempo para todos los que trabajan. O las trancas y puertas están flojas o rotas y el veterinario tiene que atender no solo el trabajo del tacto que está haciendo, sino también andar con el ojo largo previendo el salto olímpico de una vaca que pueda aterrizar sobre su lomo. O el cepo no agarra bien y entonces las señoritas se vuelven en el momento de la revisación apretando al operador contra una tranca. O directamente no hay puertas y entonces debemos trabajar dentro de la manga entrando los animales con un palito y de a uno, haciendo grandes avances en nuestro estado físico.
Muchos de los accidentes que he tenido en tantos años se deben a estas cosas.
Y anteayer me volvió a pasar.
Entró a la manga una vaquillona chiquita para revisar. La bandida estaba furioso y daba saltos a lo loco hasta que la puerta del costado delantero derecho de la manga, que no cerraba bien, se abrió de golpe y el culo del animal salió para el costado rozando el parante de madera ¡Con mi brazo adentro! La verdad es que no sé cómo no me quebró un hueso. El útil se me arqueó y laceró hasta que pude sacarlo recién cuando la vaquillona estuvo afuera. Como es natural, una vez que noté que no estaba quebrado, me cambié el guante y seguí haciendo tacto, aprovechando que el cuerpo estaba caliente.
A la noche me dolió bastante pero ya estoy bien.
Y todo por culpa de las mangas en mal estado.

2 comentarios:

  1. QUE TEMA NO! pero que buena explicacion que diste de que es una manga y sobre todas las cosas que riegos se corren en ella si las cosas no funsionan como corresponden!Espero que si algun dia regreso me encuentre por lo menos con las mangas como las deje antes de irme porque es un lugar donde con grandes animales no se puede joder ni exponerte a cualquier accidente y aca en la ciudad se habla de la TENDINITIS POR EL MOUSE ! JE!

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  2. tenes razón yo soy un veterinario rural de santa fe. y es lamentable el estado en que están muchas mangas, algunas están súper cuidadas y son de primeras hasta pintadas con esmalte blanco!! (se resbala como una pista de hielo) y otras están hechas con requechos de chapas, troncos y alambres. lo cual es un esfuerzo sobrehumano trabajar!! tengo una manga de estas que para subir al puente tengo que saltar 80 cm y para encerrar 40 vacas tardo 4 horas!!! algunos gringos son terribles de miserables y dejados para colmo con el tema de la soja acá viven puteando en contra de los animales y no les dan ni 3 de pelota!!!

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