lunes, 7 de mayo de 2012

Un buen desafío


Uno tiene siempre la invencible tentación de contar las grandes batallas ganadas. No puedo ser la excepción en este caso.
Llegué al campo de Héctor López a primera hora de la tarde a revisar un novillo que, según él, estaba “hinchado”. Era un animal de la raza Holando Argentino, de alrededor de 300 kg, que efectivamente tenía una curiosa deformación en forma de pera en la parte baja de la panza. En cuanto lo hicimos caminar en el corral, se pudo oír bien claro un ruido de chapoteo. Como de líquido libre en el abdomen. Sospechando lo que pasaba, lo agarramos en la manga y le realicé una punción ¡Salía orina!
Suele pasar que los novillos padezcan problemas de litiasis uretral. Los cálculos, más o menos grandes, van obstruyendo la luz de la uretra haciendo cada vez más difícil la micción, hasta que la tapan completamente. La vejiga se distiende cada vez más con el líquido, hasta que finalmente explota.
El asunto era que podía hacer yo en ese momento. Pensé un rato y después me decidí. Hablé con López y parte de la familia, los que comprendiendo la gravedad del problema, me dejaron libre para hacer lo que me pareciera mejor. Primero inmovilizamos el animal en el suelo y haciendo una incisión en el abdomen de unos veinte centímetros paralela a la línea media, pude evacuar casi cincuenta litros de orina libre. Después metí ambas manos en la panza y, comprobé que la vejiga tenía un desgarro de unos diez centímetros. A tientas, ya que el órgano estaba dentro de la cavidad pelviana y no lo podía exteriorizar, lo suturé lo mejor que pude. Luego cerré la pared abdominal y la piel. El primer paso estaba dado. Ahora había que lograr que el animal obstruido pudiera orinar al exterior para que el problema no se volviera a repetir. Entonces descubrí el pene a la altura del periné haciendo otro corte, separé la uretra y después la suturé a la piel por debajo del ano.
Fue una enorme operación y quedaba por ver como resultaba. Lo seguí unos cuantos días con la esperanza de que anduviera bien. Y tan bien anduvo, que se vendió al año siguiente con más de 500 kilos de peso y llamando siempre la atención de todos por orinar como hembra siendo macho ¡Fue muy gratificante ganar esa pelea! ¡Que cada competidor tiene sus propios desafíos!

3 comentarios:

  1. que grande do`tor!!! y las fotos? ... o eran otros tiempos de mayor humildad!!
    GM

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  2. Buenas noches desde España, Jorge que buen urologo se perdió la medicina, nosotros, me refiero a mi equipo de urologia, tenemos la vejiga a la vista y muchas veces las fugas en la sutura, son complicadas, y tu con las manos dentro del abdomen y a ciegas, la has suturado sin tener fugas, ya que si la hubiera, hubiera sido un desastre esa orina fistulizando toda la zona. Y la reparación de la uretra, otro éxito, sobre todo por las circunstancias de la intervención.
    Felicidades Jorge por tu profesionalidad, tus clientes tienen a un buen Profesional.
    Saludos de Gabriel.
    http://ggjineteraid.blogspot.com/

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  3. Buen día los dos!!!! Que bueno que siempre se den un paseo por estas páginas. No tengo fotos de aquella operación pero montones de testigos... Ja Ja Y a Gabriel le digo que así como este fué un buen trabajo, a veces las cosas no me salen tan bien, así que soy del montoncito nomás.
    ¡Un abrazo grande!

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