sábado, 18 de mayo de 2013

Cosas del clima



Se vino con todo el frío.
El miércoles pasado el despertador sonó a las 5 de la mañana, y en cuanto me puse en movimiento, escuché la silbatina del viento entre los árboles del patio. Todavía de noche salí de la casa. La helada descansando sobre el pasto y el aire que chiflaba en su carrera. Al rato llegó Juan, preparamos todo y allá nos fuimos. Nos esperaba un día fuerte de trabajo.
Las horas se nos pasaron capando terneros grandes. Mucho correr, hacer fuerza y moverse. Lo grande es que debajo de los ponchos el cuerpo suda, pero por fuera, todo está congelado. Las manos duras apenas sirven para agarrar una jeringa. Y sin embargo el trabajo se va haciendo. Nadie se queja del frío ¿Para qué? Es mejor no darle pelota.
Volvimos como a las cinco de la tarde y nos esperaban con una perra para hacer una castración. Fue un placer hacer algo bajo techo y al reparo del viento.  

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