miércoles, 6 de abril de 2011

Otra vez

Ayer tenía otro día lleno de trabajo y animales para atender pero volvió a pasar. Era un gato viejo pero fuerte. Muy cabrón y malo, al que varias veces había cortado unos grandes bollos de pelo que se le hacían por todo el cuerpo. Siguiendo la rutina, le apliqué el sedante y lo traje a la veterinaria. Hice un lindo trabajo de peluquería y lo llevé a la casa para seguir viaje luego hasta un campo, donde debía vacunar un lote de terneros contra la aftosa. A la tarde pasó la dueña para avisar que el muy bandido se había quedado en el cajón donde lo pusimos y no se movió más. Que estaba bien muerto. Y otra vez la misma sensación de bronca y frustración. Esa que, les contaba una vez en estas páginas, nos ayuda a los veterinarios a tener equilibrado el espíritu. Que cuando creemos que somos medianamente buenos en lo que hacemos, nos da un llamado de atención para que nos acordemos que somos humanos y falibles. ¡En fin! ¡Feo! ¡Ojalá Don Gato este bien por allá arriba!

2 comentarios:

  1. COSAS QUE PASAN.......que bueno contar las PERDIDAS,pocos lo hacen..... pero estoy seguro que las BUENAS ganan por afano!!!!!

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  2. ¡Y si Gastón! Son mas las buenas, lo que pasa es que de las malas se aprende mucho y esconderlas es de sonsos, aunque reconozco que muchos lo hacen.
    ¡Ah! Que nadie se entere que somos amigos... Ja Ja

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