viernes, 17 de agosto de 2012

Igual le quedaron tres

-¡Ay dotor! ¿Que me va a hacer? Mire que hasta ahora no me duele nada-
-¿Como te voy a dejar con semejante cosa?- Le pregunté a la pobre vaca Hereford que presentaba esa fea lesión en el cuarto mamario trasero derecho -¿O querés que los toros se escapen espantados cuando te vean?-
-¿Le parece que se fijarán? Mire que cuando ando alzada soy fatal-
-¡Igual te lo voy a sacar! Es mas seguro para evitar alguna infección generalizada-
-¡Y bueno! ¡Si no hay mas remedio metalé!-


Lavé bien y desinfecté toda la zona, hice una buena anestesia y de a poco fui quitando todos los tejidos lacerados. La pobre vaca, seguramente de los nervios que tenía, no paraba de conversar de su ternero, de los golpes que le pegaba el mensual cada vez que la encerraba en la manga, del invierno pasado que falto el pasto y casi se muere de hambre y mil cosas mas.



Por fin terminé la operación y volví a lavar todo con cuidado.
-¡Listo! ¡Quedaste bárbara! Ahora si que da gusto verte. Además, no solamente estás mas linda sino que llamás la atención con las tres bonitas tetas que te quedaron-
-¡Gracias dotor! La verdad es que tenía un poco de miedo. Siempre fui un poco tonta cuando de ver sangre se trata ¿Y ahora que tengo que hacer?-
-¡Nada especial! Anda a mimosear a tu muchachito y disfrutá todo lo que puedas de la vida-
La soltamos, se paró y mientras se iba para el potrero al tranquito, se dio vuelta y me guiño un ojo.
Yo entendí.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

El hombre y el teléfono

  Cualquier empleado de campo, por más rústico que aparezca, anda con su teléfono celular en el bolsillo. La mayoría de los menores de 30 añ...