miércoles, 26 de diciembre de 2012

Cosas bonitas



La verdad es que cuando vi el caballo pensé que lo mejor sería dejarlo así nomás. Pero pudo mas la curiosidad. El animal había enfermado algunas semanas atrás, presentando diarrea recurrente que no cedió a los tratamientos de un colega, y se me llamó para intervenir "in extremis". Solo que cuando llegué al lugar, el animalito se había ido al cielo de los equinos, dejando sus despojos en la costa de una laguna. Para empeorar la situación, ayer llovieron 90 mm en San Manuel, con lo que no había posibilidad de entrar al potrero con ningún vehículo y así sacarlo del pantano.
Decidí trabajar en el agua. Esto resultó novedoso, ya que la masa intestinal llena de gas, flotó en forma muy agradable a mi alrededor, tal como se ve en la primera fotografía. Y el esfuerzo sirvió. Terminé encontrando una enterítis necrótica que afectaba un tramo grande del íleon. 
Cosas que pasan. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El hombre y el teléfono

  Cualquier empleado de campo, por más rústico que aparezca, anda con su teléfono celular en el bolsillo. La mayoría de los menores de 30 añ...