Solo
un animalito quedó en la casa. Mi hija menor lo bautizó “Tiger” por algún
personaje de los dibujos animados. Es un gato gris con rayas negras, que hasta
ahora se había limitado a comer, dormir, trepar a los árboles y atrapar
mariposas.
Ayer
me vine temprano a la veterinaria para terminar varios informes y salir antes
que el sol, hacia un campo donde teníamos que hacer unos cuantos tactos.
Mientras
se calentaba el agua del mate, Tiger se asomó al vidrio de la puerta de la cocina.
Se vino al humo cuando vio que prendí la luz. Se me quedó mirando largo y
profundo. Pensé que ya andaba con hambre, porque en cuanto abrimos el negocio
le damos su ración de alimento.
Abrí
la puerta pero no entró. Se quedó sentado muy orondo. De pronto se pasó una
mano peluda por las orejas y me preguntó:
¿Todavía
extrañás a ese pajarito malcriado?-
Lo
mire sorprendido porque jamás me había dicho una palabra.
-¡Digo
si lo extrañás a Roman!-
-¡Y
sí!- Le confesé –La verdad es que se extraña un poco, porque teníamos algunas
charlas buenas con él. Como no podía hacer otra cosa, se lo pasaba escuchando
radio y estaba al tanto de todo-
-¡Y
que! ¿Y pensás que yo no sé nada? Yo escucho la radio y además conozco la calle
¡Pero siempre me dejaron de lado!- Los bigotes le temblaban y me pareció que se
le humedecían los ojos de la bronca.
-¡Bueno
Tiger! Disculpáme. Como te lo pasás en tus cosas y a los mimos con Margarita y
los demás chicos, pensé que vivías más apartado de nuestras noticias-
-¡Justamente!
Por Margarita y el resto de los chicos es que me preocupa lo que está pasando
en el país. A los gatos no nos cambia nada, pero a ustedes, Jorge, la cosa se
les ha complicado-
-¡Mirá
vos! ¡Otro rebelde como Román en casa!-
-¡Que
rebelde! Solo soy realista ¿Cómo puede ser que un pobre tipo, que hace 20 años
era empleado de banco, hoy sea el segundo terrateniente del país detrás de
Benetton? ¿De dónde sacó la plata para comprar medio millón de hectáreas de
campo? ¿Vos cuánto te compraste después de 32 años de romperte el lomo de sol a
sol?-
-¡No
compré nada Tiger! ¡Pero tampoco anduve en los negocios!-
-¡No
hay caso! ¡Vos no cambiás más! ¡Y la mayoría de los argentinos tampoco! Una
cosa así no los escandaliza, pero se entretienen discutiendo si le regalaron un
penal a River ¡Son de terror!- Dijo de pronto. Después se estiró en un
desperece largo, entrecerró los ojos, se dio vuelta y desapareció en las
penumbras del amanecer.
Mientras
cargaba el termo con agua caliente, me di cuenta que la charla cortita me había
dejado contento. Encontré otro amigo para conversar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario