Sábado. 10 de la noche. En el Club Atlético había lotería, pero decidí quedarme en casa con los chicos porque
lloviznaba y era mejor programa ver alguna película y tomar un buen trago
sabatino.
De pronto, unos golpes fuertes en la
puerta nos sobresaltaron. Salí a ver. Allí estaba Raúl Benítez, pálido como un
azulejo, con los ojos grandotes y la gorra caída sobre la nuca.
-¡Se le salieron las tripas
Spinelli!- Fue lo primero que me dijo, obviamente salteando los saludos de
rigor.
-¿A quien se le salieron las tripas?-
-¡A la Rosita dotor! ¡La perra del
Jefe!-
Mientras íbamos hacia la camioneta,
aparecieron los dos residentes que estaban aprovechando la noche del sábado
para estudiar. Cuando nos asomamos a la caja de la chata, se nos presentó un
tremendo espectáculo. Rosita, una perra Collie adulta, estaba parada
mirándonos. Tenía sangre desde la punta del hocico hasta la punta de la cola y
en la mitad del abdomen le colgaban varias asas intestinales.
La llevamos en andas hasta la sala
de operaciones y la pusimos sobre la mesa de cirugía. Estaba mal. Muy
desvitalizada. Le di una dosis lo mas baja posible de anestesia y mientras se
iba relajando, la dimos vuelta suavemente y la atamos a la camilla. Debía tener
unos 50 cm .
de intestino colgando fuera del abdomen, a través de una herida. Todo lleno de
pelos, sangre y tierra. Además, el pobre animal se había mordido sus propias
vísceras hasta cortarlas.
Los minutos corrían, mientras
nosotros limpiamos lo mejor posible el campo. Después tuvimos que hacer una
resección del tramo de intestino masticado y unir los extremos sanos del mismo.
La situación lucía mejor. Seguimos
con la herida del abdomen, hasta que finalmente todo quedó cerrado y en su
lugar. Aplicamos las medicinas necesarias, después la llevamos al lavadero y la
bañamos prolijamente, mientras de reojo controlábamos la frecuencia
respiratoria.
El pronóstico seguía siendo gravísimo,
pero al ver todo más prolijo y aseado nuestro ánimo estaba en alza. Hasta que
llegó el dato que faltaba. Cuando la cargamos nuevamente en la caja de la
camioneta, que estaba llena de útiles y cacharros del campo, Raúl Benítez corrió
un recado para hacer lugar, y allí apareció tirado ¡Un pedazo más de intestino! La tipa ya se había automutilado quitándose unos 20 cm . de tripa a mordiscones,
sin que nos diéramos cuenta al descargarla en la oscuridad de la noche.
Realmente pensé que la perra no
pasaba esa noche. Creo que el sentimiento fue compartido con los residentes y
con Benítez.
Al acostarme, miré un angelito
compañero que tengo sobre la mesa de luz y pensé ¡Que sea lo que Dios quiera!
El domingo amaneció también
lluvioso. Con poco ánimo marqué el número del campo para recibir, estaba
seguro, la noticia de la muerte.
La voz de Benítez sonó de lo más
alegre cuando dijo: -¡Es increíble dotor! La Rosita anda caminando. Está animada y ya tomó
agua-
Yo tampoco lo puedo creer, pero
todavía Rosita sigue en pie ¡Es lindo pegar una cada tanto!
Todo trabajo bien hecho tiene su reconpensa, la limpieza en el trabajo y las buenas suturas que le has realizado, porque seguro que no tenias la maquina de coser automática, han hecho el resto, más un poquito de antibiotico y sueros, el resultado resulto optimo. Aunque el agua tan pronto no es una buena medida, pero ya se sabe con los animales.
ResponderEliminarSaludos de Gabriel.
Buen día Gabriel!!! Efectivamente aún seguimos con la sutura manual. El progreso se nos viene, pero caminando lentamente... JaJa De todas maneras Rosita, hoy miercoles, sigue viva y mejorando. Te mando un abrazo grande desde estas sierras
ResponderEliminarExcelente historia. Me gustó tanto que decidimos publicarla en el portal Todo El Campo (www.todoelcampo.com.uy), lo que espero no le moleste. Reciba mis saludos y felicitaciones por el blog.
ResponderEliminarhttp://www.todoelcampo.com.uy/espanol/herida_de_sabado_por_la_noche-15?nid=12455
Quiero agregar que soy editor de ese portal (Todo el Campo) y en otras oportunidades también publicamos algún que otro de sus escritos.
ResponderEliminarMe gustaría poder publicar algunos de sus comentarios, no se uno cada semana o cada quince días, si es que usted está de acuerdo, siempre citando la fuente (el blog) y al autor.