jueves, 4 de marzo de 2010

El ecógrafo y las modas

Acá vemos a un ecografista en una pausa en el trabajo
Llegó la temporada de tactos y me puse a pensar en las modas.
Saber si una vaca está preñada tiene un gran valor para el manejo de un rodeo. La que no tiene un ternerito en la panza, vá a perder un año comiendo en el campo sin hacer su trabajo, es decir producir una nueva cría.
A mí me gusta la eficiencia. Todo lo simple, rápido y bien hecho.
Hasta el momento no hay cosa mejor para saber si una vaca está preñada que hacer el tacto rectal, para lo cual solo se precisan guantes adecuados y conocimientos. De todas maneras los humanos, siempre en la búsqueda de la excelencia tratamos, en esto también, de encontrar algo superador.
En un momento, hace mas de quince años, aparecieron ecógrafos que se utilizaban apoyando un transductor sobre la panza del animal. El resultado era un desastre. Un trabajo terriblemente lento y con enormes errores de diagnóstico. Con el tiempo, el diseño de los ecógrafos se fué perfeccionando, y al mismo tiempo, la industria aumentó su presion para venderlos.
Hoy tenemos una mayoría de equipos que funcionan introduciendo una mano en el recto de la vaca, junto con el transductor que permitirá hacer el diagnóstico. Son aparatos muy buenos, prácticos ¡Y costosos! Pero...¿Superan al tacto? Hasta ahora digo terminantemente que nó. Solo lo complementan.
El tacto es mas rápido, tanto o más eficiente, y mas económico (no pone en juego aparatos de mas de U$S 10.000). Entonces indicaremos una ecografía para un diagnóstico ginecológico mas completo, o para un diagnóstico precoz de preñez entre los 28 y 32 días de gestación, sabiendo que entre ese momento y los 90 días, se pueden perder entre el 5% y el 10% de las preñeces.
Solo podemos pensar finalmente que el auge de la ecografía para uso masivo es por nuestra propia tilinguería, que nos lleva a preferir cosas sofisticadas y costosas, pensando que serán mejores que lo simple y sencillo.
¡Ah! Tengo que decirles también que soy dueño de un ecógrafo junto a otros colegas, así que esta nota no está escrita mirando desde la vidriera.

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