lunes, 9 de agosto de 2010

Gente del campo y la ciudad

Y que no me vengan con macanas. El hombre de campo es mucho más valioso que el pueblero.
Un hombre de campo, sabiendo minimamente leer, se acomoda a la vida de una ciudad en poco tiempo, mientras que uno del pueblo, permitanmé que lo afirme, jamás podrá ni parecerse a un buen campero.
Son tantas, pero tantas las cosas que sabe hacer uno del campo que hace falta más que una vida para aprenderlas. Tienen que pasar generaciones. Y para esto no sirven libros, computadoras ni estudios varios. El criollo, sabe agarrar un caballo, ensillar, acomodar y preparar el animal, enlazar y pialar, esquilar una oveja, sembrar una quinta, criar pollos gordos, cazar con astucias los mil bichitos comestibles del campo, poner una planta, podar, terraplenar una bebida, asar un pedazo de carne con tres palitos, acomodarse para dormir a la intemperie donde caiga la noche, aguantar los peores fríos, calores, lluvias y tormentas sin un moco ni un resfrío, arreglar un molino o una bebida, hacer de mecánico, soldar un fierro, sacar un ternero, curar un agusanado, capar un potro, afilar una tijera o un cuchillo y que se yo cuantas cosas más. La lista es interminable. Y todo con dignidad y sin quejarse. Es más, casi siempre divertido y alegre.
El pueblero es más maricón. Se caga todo con el frío y con el calor, para viajar se toma un colectivo o un subte y duerme mientras lo llevan a destino, solo sabe algo de su trabajo específico y raramente puede arreglar alguna boludez que se le rompe en la casa. Incapaz de ver porqué se le descompuso el auto, llama a la grúa enseguida. Anda con el celular encarnado en la mano solo para recibir llamadas al pedo todo el tiempo o mensajitos tramposos, vive desesperado calculando cuando es el próximo fin de semana largo o las siguientes vacaciones para disfrutar haciendo…¡Nada! Y encima vive quejándose porque quiere estar más cómodo, calentito, cuidado, comprendido y representado por el gobierno, mientras los de Crónica amplifican su protesta “masiva” de 20 tipos locos.
Por eso, cuando un pueblero llega al campo y se lo ve moverse o se lo oye hablar, muchas veces da risa y otras tantas da lástima.
Ustedes pensarán que bicho me picó para escribir esto, pero es una vieja idea que volvió a mí mientras veía una “nota de color” hecha por gente del pueblo en la Rural.

4 comentarios:

  1. Sera por eso q muchos nos sentimos tan perdidos en la ciudad... ya me falta poco para hacerme de experiencia en el campo... estoy segura q me quedare en algun lugar de ellos.
    Le doy toda la razon doc!

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  2. Hay gente para todo doc, creo que habla con mucho prejuicio y rencor...y eso no es bueno
    Todos tenemos defectos y virtudes
    Igual sería bueno que la gente deje de vivir aglomerada en las grandes ciudades
    saludos

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  3. Muy Buena nota!!!!,solamente las personas que conocemos ambas cosas podemos comprender esto hablo porque tuve la posibilidad de nacer y vivir en una ciudad como Mar del Plata y pasar desde muy chico trabajando en el campo con gente que no sabia ni leer ni escribir pero si tenian las PELOTAS bien puestas para enfrentar la vida!!! eh renegado mucho tratando de explicar aca en la ciudad lo que era en esa epoca la vida en el campo pero es al pedo los de la ciudad solo creen que al campo se va a comer asados y a tomar mate abajo de las plantas.
    Nuevamente felicitaciones por la nota!!!!

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  4. Muy bien doc, evidentemente algo provocó este relato, y si es algo escrito por gente de ciudad y encima apuntado a la Rural seguro hizo que te re calentaras, yo tengo que escuchar, de amigos de ciudad, cada pelotudes de la gente de campo que me revienta las pel...., esto pasa porque hablar es gratis y al argentino nos encanta hablar de gusto y aún de lo que no tenemos ni la menor idea. Una vez alguien dojo que su la gente hablara solo de lo que tiene conocimiento en el mundo habría un silencio abrumador. UN ABRAZO!!!!!!!

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