Desde que Lamarck y luego Darwin, intuyeron primero y fueron demostrando después que las especies evolucionan, el conocimiento biológico entró en la modernidad. Las teorías oscurantistas sobre el origen de la vida en la Tierra fueron reemplazadas por el resplandor del conocimiento científico.
Se juntaron, hasta hacerse abrumadoras, las pruebas de que existe una selección natural de los individuos mejor adaptados de cualquier población y de que individuos al principio iguales, tienden a diferenciarse si quedan aislados en distintos ambientes. Se construyó una nueva historia de la vida, donde es posible que todos los seres vivientes deriven de células únicas que habitaron los mares en el principio de nuestro planeta.
Pero aunque se ha descrito en detalle el proceso mecánico de tales cambios, aún no se ha explicado que fuerzas son las que los guían.
Se sabe que en el ADN nuclear de los seres vivos, se van acumulando cambios que quedan enmascarados mientras las condiciones de vida de los mismos son favorables, pero que se expresan cuando el ambiente se vuelve hostil. Así se ha visto en algunas poblaciones humanas de África, en las que por deficiencias nutricionales crónicas y hostilidad del ambiente, aparecen cambios físicos y mentales, que en las poblaciones bien alimentadas y mimadas del primer mundo no se dan.
Se sugiere entonces que bajo condiciones de agresividad del ambiente, la variación genética acumulada durante generaciones, se expresa dando la diversidad de fenotipos observados, de los cuales, los más aptos para la nueva situación ambiental, estarán en mejores condiciones de prosperar y reproducirse.
Nada de lo que pasa en la naturaleza se debe al azar. Hechos que se pensó que ocurrían “porque sí”, como cuando se creía en la generación espontanea de la vida, fueron estudiados y conocidos hasta encontrar el mecanismo que les da origen.
¿Por qué la evolución, algo fundamental para la vida y el éxito de los seres vivos, tiene que estar librada “al azar” de cambios genéticos sin un plan definido?
Decididamente no lo creo.
Tiene que haber algo, un elemento o un eslabón que enlace medio ambiente, variación genotípica y adaptación
Según mi hipótesis, tal eslabón debe reunir algunas condiciones básicas:
1) Ser una molécula elaborada intrínsecamente, de bajo peso molecular, capaz de difundir a través de las membranas biológicas, incluso la membrana nuclear. De no ser así, tal vez actúe solo como primer mensajero, dando su efecto específico a través de segundos mensajeros intracelulares.
2) Debe ser sintetizada por algún órgano, estructura o tejido relacionado con la recolección de información externa e interna del organismo. Evidentemente, quien cumple tal función es el sistema neuroendócrino, y específicamente, el sistema nervioso, ya que recibe directamente las señales bajo la forma de estímulos.
3) Debe tener una estructura igual o parecida en todos los individuos de la escala zoológica. Esto daría idea de que en todas las especies, la que podríamos llamar “Hormona de la Adaptación” derivaría de un mismo precursor común.
El medio ambiente, en este caso, al presionar sobre el individuo, o mejor, sobre una población, haría que estos sujetos sintetizaran y segregaran la “Hormona de la Adaptación”, induciendo los cambios genéticos que luego producirían tipos variados de individuos, algunos con mejor capacidad de adaptación al medio.
¿Llegaremos a poder desentrañar los mecanismos íntimos de la evolución y a manejarlos?
Se juntaron, hasta hacerse abrumadoras, las pruebas de que existe una selección natural de los individuos mejor adaptados de cualquier población y de que individuos al principio iguales, tienden a diferenciarse si quedan aislados en distintos ambientes. Se construyó una nueva historia de la vida, donde es posible que todos los seres vivientes deriven de células únicas que habitaron los mares en el principio de nuestro planeta.
Pero aunque se ha descrito en detalle el proceso mecánico de tales cambios, aún no se ha explicado que fuerzas son las que los guían.
Se sabe que en el ADN nuclear de los seres vivos, se van acumulando cambios que quedan enmascarados mientras las condiciones de vida de los mismos son favorables, pero que se expresan cuando el ambiente se vuelve hostil. Así se ha visto en algunas poblaciones humanas de África, en las que por deficiencias nutricionales crónicas y hostilidad del ambiente, aparecen cambios físicos y mentales, que en las poblaciones bien alimentadas y mimadas del primer mundo no se dan.
Se sugiere entonces que bajo condiciones de agresividad del ambiente, la variación genética acumulada durante generaciones, se expresa dando la diversidad de fenotipos observados, de los cuales, los más aptos para la nueva situación ambiental, estarán en mejores condiciones de prosperar y reproducirse.
Nada de lo que pasa en la naturaleza se debe al azar. Hechos que se pensó que ocurrían “porque sí”, como cuando se creía en la generación espontanea de la vida, fueron estudiados y conocidos hasta encontrar el mecanismo que les da origen.
¿Por qué la evolución, algo fundamental para la vida y el éxito de los seres vivos, tiene que estar librada “al azar” de cambios genéticos sin un plan definido?
Decididamente no lo creo.
Tiene que haber algo, un elemento o un eslabón que enlace medio ambiente, variación genotípica y adaptación
Según mi hipótesis, tal eslabón debe reunir algunas condiciones básicas:
1) Ser una molécula elaborada intrínsecamente, de bajo peso molecular, capaz de difundir a través de las membranas biológicas, incluso la membrana nuclear. De no ser así, tal vez actúe solo como primer mensajero, dando su efecto específico a través de segundos mensajeros intracelulares.
2) Debe ser sintetizada por algún órgano, estructura o tejido relacionado con la recolección de información externa e interna del organismo. Evidentemente, quien cumple tal función es el sistema neuroendócrino, y específicamente, el sistema nervioso, ya que recibe directamente las señales bajo la forma de estímulos.
3) Debe tener una estructura igual o parecida en todos los individuos de la escala zoológica. Esto daría idea de que en todas las especies, la que podríamos llamar “Hormona de la Adaptación” derivaría de un mismo precursor común.
El medio ambiente, en este caso, al presionar sobre el individuo, o mejor, sobre una población, haría que estos sujetos sintetizaran y segregaran la “Hormona de la Adaptación”, induciendo los cambios genéticos que luego producirían tipos variados de individuos, algunos con mejor capacidad de adaptación al medio.
¿Llegaremos a poder desentrañar los mecanismos íntimos de la evolución y a manejarlos?
No entendi nada muy dificil para mi!!!es la primera publicacion donde no case una,ja,ja,ja,ja,ja. NO EVOLUCIONO!!!!! Saludos.
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