A mis amigos de tantos años
Hoy comienzo a colgar en nuestro espacio, algunas notas de extensión referidas al tema que más me ha ocupado en tantos años de labor como veterinario que es la ganadería bovina.
Se que hay muchos lectores de este blog que no disfrutarán estos escritos. Les pido paciencia y les recomiendo que cuando vean la etiqueta "extensión" los pasen de largo. Salvo que quieran aprender algunos datos pobres de las vacas.
Manuel y la hipomagnesemia
Amaneció
con una lloviznita suave sobre San Manuel. Preparé el mate y acomodé una pila
de papeles para empezar a hacer unos informes atrasados. En eso estaba cuando
sonó el teléfono.
¿Jorge?
¡Sí!
¿Quién habla?
¡Manuel
Gutiérrez che! ¿Podrás venir hasta el campo? Recién cuando salí a recorrer me
encontré dos vacas muertas en la pastura del fondo y me gustaría que vengas a
abrirlas.
¡Qué
macana Manuel! ¡En un rato salgo para allá! ¿Cómo está la calle?
¡Está
firme! Vení tranquilo.
Manuel
es un pequeño productor que tiene el campo entre Matienzo y El Lenguaraz. Es un
hombre trabajador y muy cuidadoso con la hacienda. Tanto que sus 70 u 80 vacas
Angus están gordas todo el año, y siempre tienen porcentajes de preñez que
superan el 95%. En este mes de junio, la que él llama la pastura del fondo,
presenta un lindo rebrote solo con algunas lluvias como las que tuvimos hace
una semana. Es un pasto tierno y aguachento.
Llegué
hasta “El Recuerdo” sin inconvenientes y saludé al hombre, que estaba muy
apenado con las muertes. Nos subimos en la camioneta junto con sus dos hijos
que querían “ir a ver”.
En
cuanto llegamos al lugar, nos encontramos con dos enormes vacas negras, muy
gordas y además, con una hinchazón muy importante que las tenía con las patas
para arriba. Seguramente habían muerto en forma aguda ya que el día anterior,
Manuel no había visto nada raro. Cerca de las finaditas estaban acurrucados dos
terneros de pocos días. Las dos estaban paridas. Me puse el mameluco, las botas
de goma y los guantes y preparé el cuchillo para la primera necropsia.
¿Qué
te parece? Preguntó ansioso Manuel ¿Será Carbunclo?
¡Vamos
a ver! Primero hice un corte en la zona yugular y un hermoso coágulo asomó por
la herida. Después probé el movimiento de manos y patas y el rigor mortis estaba bien presente. ¡No
creo que sea Carbunclo Manuel! De todas maneras, vamos a sacar un hueso largo
para enviar al laboratorio de bacteriología.
Pronto
desarticulé y acondicioné un hueso para el laboratorio y completé la necropsia
donde vi que faltaban las lesiones características de esa enfermedad tan temida
en el campo. Encontré algunos derrames en intestino, colecta de líquido
sanguinolento debajo del pericardio e infartos miocárdicos bien evidentes. Los
chicos miraban todos mis movimientos con admiración. Hasta uno dijo que quería
ser veterinario.
¡Mirá
Manuel! De acuerdo a los antecedentes, tipo de vacas, forma de la muerte y las
lesiones que encuentro este es un caso de Hipomagnesemia aguda.
¡No
me digas! dijo Manuel ¡Tenía razón mi suegro! ¿Y qué tengo que hacer?
¡Escuchame!
Este problema tiene al menos tres elementos predisponentes y acá encuentro los
tres: Se da más en vacas gordas, con tiempo lluvioso, húmedo y con poco sol, y
en hembras en el primer mes de posparto.
-¡No
me digas! ¿Entonces tener las vacas gordas no me conviene? ¿Y se me van a morir
muchas más? ¿Qué hago ahora?
-¡Antes
que nada tranquilizate! Ya tenés la bomba entre las manos. Ahora te conviene
arrimarlas muy despacio y sin perros hasta la manga, y aplicarles alguna sal
magnesiada inyectable, después cambiarlas de potrero, ponerles a disposición más
sales por vía oral y, si podés, darles 1 o
-¿Y
el año que viene que puedo hacer para prevenirlo?-
-Podés
hacer varias cositas que te van a ayudar. Primero, tratá de manejar el estado
corporal de las vacas antes del parto bajándoles la cantidad de comida desde el
tacto, hasta el momento en que empiezan a parir. Con esto no las vas a tener
tan gordas. Además, hay que agregarles en la dieta, a partir de marzo, sales
magnesiadas en cualquiera de sus presentaciones ¡Ojo! Tenés que asegurarte que
las consuman, porque las sales magnesiadas son amargas y por esto se les
agregan saborizantes que no siempre son bien aceptados por la hacienda. También
es bueno vacunar a las vacas contra enfermedades clostridiales, sobre todo
porque prevenís la enterotoxemia, que algo tiene que ver también con este
problema del magnesio.
¡Otra
cosa! Este bajo en el que estamos ahora tiene agropiro y el rebrote de este pasto
es especialmente peligroso, aunque tampoco tenés que descuidarte con los
verdeos de invierno en general, ni con las pasturas y campos naturales cuando
vienen creciendo fuerte ¡En fin! Este es un problema grave desde hace mucho
tiempo y todos los años mata una gran cantidad de vacas-
-¡Mejor
hagamos una cosa!- Dijo Manuel agobiado -Anotáme todas estas recomendaciones
porque tengo miedo de olvidarme de algo ¿No hay nada más que pueda hacer?-
-¡Y
si! ¿Sabés rezar Manuel?-