Cualquier empleado de campo, por más rústico que aparezca, anda con su teléfono celular en el bolsillo. La mayoría de los menores de 30 años, se manejan en las redes como campeones. Tienen Whatssap, Tiktok o Instagram, y no es raro verlos, recorriendo en medio de un potrero lleno de vacas en parición, con la vista clavada en el móvil, prestando poca atención a las hembras parturientas, o al estado de los alambrados.
Ni
hablar de los que sueñan con ser influencers y viven filmándose en las más
increíbles posturas y actividades.
No
me pasa tanto con los criadores de vacas, pero si en los que tienen caballos o animales
de compañía, que me presenten el animal enfermo, con un comentario previo de lo
que googlearon antes de consultarme ¡Como para orientarme!
No
pasará mucho tiempo antes de que los médicos y los veterinarios seamos
reemplazados en nuestra función clínica, por computadoras programadas para analizar
los antecedentes, signos y lesiones de un enfermo, elaborando un diagnóstico en
forma mucho más eficiente y segura que nosotros.
A
los veterinarios, nos quedarán solo las tareas manuales que la máquina no pueda
realizar por el momento, como quitar limpiamente un tumor mamario de una perra,
corregir los aplomos de un caballo o inmovilizar, voltear y operar una vaca de
la mejor manera.