viernes, 27 de agosto de 2021

¿Es necesario?

 Lo digo por todos los periodistas que critican duramente las bajezas del Kirchnerismo. Bajezas que los K han cultivado y perfeccionado desde 2003 hasta ahora, pasando por las barbaridades que cometieron siendo oposición cuatro años.

¿Es necesario decía, que cada vez que estos comunicadores de los que hablo, cuestionan cosas evidentes y aberrantes, inmediatamente tengan que agregar: “Aclaro que no soy macrista”, “A mí Macri me importa un pito”, “aunque debemos reconocer los profundos errores del macrismo”,  “también pongamos en la balanza la desastrosa gestión de Cambiemos”?

¿Por qué lo hacen? ¿Tanto les prendió la prédica K de los últimos 6 años? ¿No vieron los méritos del gobierno de Macri? Transparencia, Federalismo, Credibilidad, Honestidad, desvelo por la Energía y por la Obra pública, encarcelamiento de políticos y sindicalistas ladrones, respeto por las instituciones, sana política exterior y tantas otras cosas.

Los K son exactamente lo contrario en todos los puntos que acabo de detallar (relean con cuidado), pero han sido muy hábiles en construir un relato para los fanáticos. Desde los discursos llenos de falsedades, las macanas repetidas hasta el hartazgo en la multitud de medios militantes (muchos más que los “monopólicos” que demonizan), hasta las increíbles estupideces de los docentes adoctrinadores.

Y vuelvo al tema original ¿Es necesario poner a Macri y su Gobierno al nivel cloacal de esta gente? ¿Por qué hacerles el juego? No se precisa hacer apología de aquellos cuatro años en donde seguramente hubo errores, pero creo que bastaría con marcar que no son todos lo mismo.

Finalmente ¿Se imaginan lo que hubiera provocado ver en la tele las imágenes de funcionarios M contando plata en la Rosadita? ¿O con fortunas increíbles en campos, aviones, barcos y autos de alta gama adquiridos durante la gestión? ¿O algún otro revoleando dólares y ametralladoras sobre las paredes de un convento? Hubiera provocado juicios sumarísimos, escraches masivos y condenas hasta la eternidad.

jueves, 12 de agosto de 2021

La hiena y el buey


La hiena corrió sin parar, hasta casi desaparecer de los lugares que solía frecuentar. Estaba lastimada, débil y sin salida aparente. Después de tantos años de someter a cuantos la rodeaban, y de enriquecerse a costillas de los que decía representar, el viento se le puso en contra. Ya no era la líder. Los animales de aquella comarca se habían liberado.

Pero las hienas son tenaces. Se refugió en una de las enormes cuevas que le habían construido en su época de esplendor, y planeó su venganza con paciencia y hondo rencor. Pensó cada paso. Y antes de la gran asamblea anual de los animales, llamó discretamente al buey insolente que la había desprestigiado, y le propuso ser el nuevo rey de la comarca. Ella, la hiena traicionera, solo sería su modesta asesora.

El buey, entusiasmado hasta el límite del entusiasmo, con el inesperado ofrecimiento de quien fuera su enemiga, aceptó de inmediato y, aprovechando el trabajo de desprestigio permanente de los militanimales sobre los felinos gobernantes, fue coronado por los siguientes cuatro años.

Y empezó una nueva historia. El pobre buey pronto mostró que el puesto le quedaba grande, y se sucedió un tropezón atrás de otro. Al principio los animales más cercanos lo alentaban, pero poco a poco se fue quedando solo. La hiena lo sacudía cada vez más fuerte, hasta que pronto el viejo buey se entregó mansamente a su destino y claudicó.

Los animales de la comarca, cansados de tiranos y mentirosos, decidieron sacudirse por fin el yugo de la hiena vieja y el inútil buey, y en un arrebato de furia definitiva, corretearon a toda la antigua casta hasta los confines de la selva.

Les costó mucho trabajo volver a organizarse y reconstruir el reino. Pero con paciencia, esmero y dedicación, lograron hacer un buen lugar para vivir. Los admiradores de la hiena, de a poco se fueron convenciendo de las bondades de la nueva sociedad, y en una o dos generaciones, aquel oscuro episodio de la vida animal, se transformó en un mal recuerdo.   

El hombre y el teléfono

  Cualquier empleado de campo, por más rústico que aparezca, anda con su teléfono celular en el bolsillo. La mayoría de los menores de 30 añ...