miércoles, 28 de octubre de 2015

¡Estoy contento!

Los seguidores de este blog habrán leído mi primer posteo del año y estarán sabiendo que estoy muy contento después de las elecciones del domingo.
¡No hay tiempo que no se acabe, ni tiento que no se corte! Dice Martín Fierro.  

Qué lindo es saber que en pocos días más se termina toda esta porquería que tuvimos que aguantar. Tanto desprecio hacia el campo y todos los que trabajamos en él, tanta soberbia, tanto insulto y descalificación, tanta chambonada, tanto robo descarado.

viernes, 16 de octubre de 2015

Atracción fatal


Los sicólogos lo llaman transferencia.
Resulta que es muy común que los pacientes de ambos sexos sientan una especial atracción por los facultativos de todo tipo. No se sabe si es el olor del guardapolvo almidonado, o el bienestar que produce una persona dispuesta a escuchar sus cuitas y a veces aliviarlas, o el contacto de las manos del entendido sobre un cuerpo enfermo, o la fantasía del acercamiento con otra persona.
Cualquiera sea la causa verdadera, esto pasa a menudo. No solo con los médicos de humanos, sino también con los de animales. Doy fe.
Tengo una paciente lanuda, la oveja Marta, que no puede disimular sus sentimientos. Ayer fui a trabajar al campo de Horacio Camejo y me la encontré de nuevo. Ya es grande para hacer pavadas pero no hay caso. No se corrige. Tiene como 6 años y anda así desde que le hice una cesárea, cuando quedó preñada por primera vez y se le complicó el parto de dos corderos grandiosos. Esa vez salió todo bien. El cordero que vivió resultó un animal bárbaro, y ella se recuperó en pocos días y andaba luciendo orgullosa la impecable herida de la operación en su panza.

Desde entonces, cada vez que voy a lo de Camejo, la tipa se viene al trote y empieza a frotarse contra mis piernas mientras me tira terribles miradas amorosas. Ya me tiene cansada con estas cosas, además, me da vergüenza la risa burlona de Horacio cuando pasa esto ¡Vaya a saber qué piensa de mí!

martes, 13 de octubre de 2015

Mas sobre la cesárea en yeguas

Parece que el asunto de la cesárea de la yegua que comenté en una entrada anterior, ha llamado la atención, porque en estos días recibí algunos correos de varios colegas que me pidieron más datos sobre ese trabajo.
Por eso, y siguiendo con la moda, aquí van varios “tips” para la operación cesárea de una yegua a campo:
1)     Anestesia y analgesia: Aplicamos acepromazina endovenosa como sedante y miorrelajante, y luego infiltramos con procaína en el área de la incisión.
2)     Sujeción: Trabajamos con el animal en decúbito lateral izquierdo. Esto contesta la pregunta sobre la causa por la que hacemos la incisión sobre el flanco derecho, paralela a la última costilla (ver foto en entrada anterior). Se unen ambos miembros anteriores y se atan hacia craneal, luego se toman los dos posteriores, sujetándolos hacia caudal. Una vez realizado el primer plano de sutura en la pared abdominal (peritoneo y m. oblícuo interno), se juntan los cuatro miembros, lo que facilita enormemente la sutura del segundo plano de la pared (m. oblícuo externo) y de la piel.
3)     No hay demasiadas novedades en el abordaje del abdomen ni en la sutura. Utilizamos catgut N° 4 para la síntesis del útero y de los dos planos de pared, y lino N° 20 para la piel. Es conveniente dejar un drenaje en la parte inferior de la sutura de piel.
4)     Medicación complementaria. Nosotros optamos por aplicar: En el momento de la operación, dos frascos de penicilina-estreptomicina de 5.000.000 de UI, una dosis de meglumina de flunixin y un cardiotónico. A las 24 hs. repetimos las mismas tres cosas, y a las 48 hs, solo las dos penicilina-estreptomicina.
5)     En el postoperatorio, es muy importante mover el animal. Tal vez más de lo que se sospecha. Nosotros incorporamos este detalle después de un ensayo en el que probamos la influencia del ejercicio post-castración en los equinos  Hay que hacer que la yegua camine o trote por períodos de 5 minutos, dos o tres veces por día, y además, lavar diariamente la herida, masajeando hacia abajo suavemente.
6)     La última recomendación es la que me dio Eduardo Ramírez, cuando le tuve que intervenir una parturienta en su campito de Licenciado Matienzo. Esa vez, Ramirez me estuvo ayudando con el trabajo, una noche de lluvia y frío, hasta que dejamos a la pobre infeliz operada, bien abrigada en el galpón. Cuando terminamos, Ramírez me miró y dijo muy serio: -Después de todo lo que hemos hecho lo único que nos queda es encomendarnos al creador-
-¡Bien pensado!- Le conteste. Y nos fuimos para la casa a tomar una sopa caliente.



miércoles, 7 de octubre de 2015

El Padre Julio

Nuestra última foto

Hoy me levanté a las cinco y media. En estos días me despierto solo y me dan ganas de empezar a moverme temprano. Enseguida arranco con mis pequeñas rutinas que terminan con el mate en la oficinita, la radio con las noticias y los primeros papeles.
Antes de abrir la puerta de la veterinaria, entre dos luces, vi la sombra de mi gato Tiger que se descolgaba desde el techo.
-¿Que andas haciendo amigo?- Le pregunté, sorprendido de que ya anduviera afuera de la casita del árbol donde pasa la noche.
-¿Cómo amaneciste Jorge? Estaba tratando de ver si desde allá arriba podía pescar algo del movimiento que hay en la Iglesia, donde lo están velando al Padre. Hoy va a ser un día bravo ¿No?-
-¡La verdad que sí! ¡Se nos fue otro grande de San Manuel! Hace unos días Manolo y ahora le tocó al Padre Julio ¡Que personaje Tiger!-
-¡Mirá! Lo único que supe de él, es que se preocupaba mucho por un montón de compañeros míos de la calle que alimentaba diariamente-
Inevitablemente me sonreí, recordando los 15 o 20 gatos que el Padre atendía todos los días. Se acercaban solo a comer, pero era imposible agarrarlos cuando teníamos que hacerles alguna curación con Juan.
Seguía con la mano en el picaporte cuando Tiger me propuso: -¡Decime en diez palabras las cosas que más te impresionaron de él!-
Y me salió como un rosario: -Austeridad, tenacidad, sencillez, dureza, discreción, laboriosidad, astucia, rebeldía, soledad y entrega-
Creo que las dije demasiado rápido porque Tiger se quedó en silencio un rato largo. Por fin reaccionó y dijo: -¡La última! ¿Y una imagen con la que te quedás?-
Tuve que revolver en mi cabeza entre mil cosas guardadas en estos 34 años de compartir la vida en el Pueblo.
-¡Ya sé! Hace un tiempo surgió la idea de hacer el Vía Crucis Viviente en el Calvario del Cerro El Toro y me encargaron el asunto. Fue un enorme trabajo con casi 50 personas actuando. En un terreno escarpado, difícil; a plena luz del día, lo que nos dejaba menos posibilidades artísticas con la luz artificial; y con la escena y los espectadores en movimiento lo que implicaba otro desafío. Hubo que poner a punto muchos detalles y movilizar un montón de gente, pero salió redondamente. Sobre todo el momento en que Jesús es izado, sufriente, clavado en la enorme cruz de madera. El efecto de la imagen, la luz del sol escondiéndose, que pegaba detrás de los artistas allá en la punta del cerro, la música grave y pesada y el silencio profundo de todos los que allí estábamos, fue tremendo-
Mientras esto sucedía, alcancé a ver al Padre Julio, arrodillado al pie de la cruz, entre los que representaban al pueblo de Israel. Tenía la vista clavada en el Jesús y lloraba como un chico. Quien sabe las cosas que pasarían en su mente y su corazón. Muchos lo vimos, y esa emoción se contagió de tal forma, que el momento tuvo algo inolvidable. Pocas veces se lo vio llorar. Esa fue una-
Nos miramos con Tiger. Yo entré en la veterinaria y él siguió con su recorrida mañanera.



lunes, 5 de octubre de 2015

La cesárea de la yegua y otras cositas


Mientras la revisaba, la yegua levantó la cabeza y me dijo: -¡No va a salir dotor! ¡Corte nomás que estoy muy cansada de hacer fuerza!


Hicimos una linda cesárea y sacamos este potrillo que, al venir con la cabeza hacia atrás, no pudo salir por donde debía.


Al levantarse, la madre lucía esta sutura en su flanco derecho. Me dijo que estaba conforme.


¡Y en esta! Tres días después de la operación todo marcha bien.

Mientras lavaba los baldes en la pileta del lavadero, iba repasando lo que fue el día. Teníamos algunos trabajos programados así que arrancamos bien temprano. Juan salió para La Bodega y yo para el lado de Matienzo. Pero a medida que pasaban las horas se nos fueron agregando urgencias. Lo particular fue que terminamos haciendo partos en tres especies distintas. A la mañana una distocia en una vaca. El ternero presentó bien sus manitos, pero no alcanzó a encajar la cabeza en el canal del parto y hubo que hacer unas lindas maniobras para acomodarlo. Mientras eso pasaba, nos llamaron por una perra Caniche primeriza que tampoco podía parir. Hubo que tomar delicadamente el primer cachorro, muy cabezón y sacarlo con un tirón suave. Después terminó largando otros cinco cachorritos parecidos a su mamá. Llegamos a mediodía, sucios y cansados. A la tarde nos esperaban algunos toros para revisar. La novedad fue que nos volvieron a llamar de urgencia. Esta vez era una yegua la que tenía un parto complicado. Y tan complicado venía que terminamos haciendo una cesárea.
Las distocias en las yeguas son mucho más raras que en otras especies. Los resultados de esta operación a campo no son tan buenos como, por ejemplo, en las vacas. En 34 años de profesión, con la de ayer sumé solo 12. Hasta ahora llevaba 6 éxitos y 5 fracasos. Esta decidirá un empate o inclinará la balanza a favor de la vida.
Todo esto pensaba mientras cepillaba concienzudamente los útiles, sacando hasta el último rastro de sangre.
De pronto escuché una voz conocida. Era Tiger. Mi gato. Estaba sentado en la puerta del lavadero y me miraba hacer.
-¿Cansado?- Me preguntó
-¡La verdad que sí! ¡Tuvimos un día fatal!-
-¡Sí! ¡Los escuché cuando llegaron! ¡Qué manera de andar! ¿No? Tendrían que llevar con ustedes a Pedro Remo unos días, para que aprenda lo que es trabajar fuerte y ganarse la plata con verdadero sudor-
-¿Quién es Pedro Remo?- Le pregunté curioso, sabiendo que Tiger siempre maneja buena información.
-¡Es el dueño de mi primo Bombita! Me contó mi pariente que el tipo andaba sin trabajo y lo contrataron para hacer carteles y viajar a todos los actos de un candidato presidencial-
-¡Pobre hombre!- Dije yo -¡Andará tirado! ¡Sobreviviendo apenas!-
Tiger se rio con su mejor risa gatuna

-¿Pobre? Ese pobre está ganando casi como ustedes, sin hacer nada ¡Es injusta la vida! ¿No?-

El hombre y el teléfono

  Cualquier empleado de campo, por más rústico que aparezca, anda con su teléfono celular en el bolsillo. La mayoría de los menores de 30 añ...