sábado, 29 de julio de 2017

Hablando con Margot


Será porque hubo dos o tres días de sol. La cuestión es que ayer fui a buscar unas naranjas al árbol del fondo, y allí andaba nuestra tortuga Margot, comiendo el pasto fresco.
-¿Cómo estás Margot?- Le pregunte mientras cargaba la canasta con los cítricos.
-¡Acá estoy! ¡Con hambre! Pero se que esto solo va a durar unas días y que recién me voy a poder poner en actividad cuando llegue la primavera-
Mi amiga habla tan lento, que mientras decía estas pocas palabras, yo completé la canasta.
-¿Y qué novedades tenés Jorge?-
-¡No muchas Margot! El clima no acompaña, pero sin embargo, andamos tapados de trabajo como siempre. Todos estamos con buena salud y pronto tendremos elecciones-
-¿Elecciones? ¿De qué?-
-Por ahora no se elige nada. Esto es un invento llamado PASO, donde habría que hacer elecciones internas en cada partido. Pero no va a pasar. Cada agrupación va con una sola lista, así que solo será una especie de encuesta gigante-
-¡Digo yo! Ustedes los argentinos no están muy bien ¿Nó? ¿Van a poner en marcha todo un país, con los gastos y contratiempos que se ocasionan, solo para hacer una encuesta?-
-¡Y sí! ¡Pero en octubre vamos a votar en serio!-
-¡Menos mal! ¡Está bueno eso de ir votando cada tanto!- Reflexiono nuestra linda tortuga –Así el país se va limpiando de gente indeseable ¡A propósito! Me imagino que mientras dormía, habrán metido presos a esos ladrones que vos sabés-
La miré a Margot y no supe que decir. Tampoco es cuestión de desilusionarla.


jueves, 13 de julio de 2017

Un tratado y un compendio

La plaza de San Manuel

Una ciudad es un tratado. Un pueblo es un compendio. Hablando de textos, un tratado es aquel libro donde cada tema es explicado hasta en sus menores detalles. Allí está todo el conocimiento posible sobre un tema, mientras que un compendio es algo así como un resumen, donde no falta ninguna de las ideas principales.
Me gusta vivir en un compendio.
En las treinta manzanas de San Manuel encontramos resumidas las virtudes y defectos de las ciudades. Una casa deslumbrante a una cuadra del ranchito humilde pero digno. El auto de alta gama estacionado en la panadería, detrás del destartalado R12. El tipo más fanfarrón y presumido, haciendo cola en el banco con el esquilador chupandín y algo mugriento.
Es verdad que faltan algunas cosas. Un gran cine o un teatro con un escenario bueno. O las tiendas de grandes marcas que deslumbran en las ciudades, pero también faltan la inseguridad, las colas para cualquier trámite, el apuro, el aire contaminado, la intolerancia y el desprecio hacia los vecinos, los embotellamientos de tránsito, los piquetes, y tantas otras porquerías que más vale perderlas que encontrarlas.

Creo que el futuro son las comunidades chicas. 

martes, 11 de julio de 2017

De gatos y ratones

Esta mañana crucé el patio desde la casa hasta la veterinaria, rompiendo la escarcha del pasto al caminar. Una helada bruta cubría todo. Apenas prendí la luz apareció Tiger a pedir su ración.
-¡A vos te quería ver!- Le dije después de saludarlo y ponerle el alimento en su platito.
Tomando grandes bocados con avidez, porque el frío le había aumentado el apetito, me preguntó:
-¿Y para qué me querías ver Jorge?-
-¡Tengo una duda!- Y seguí hablando para no cortarle el mastique –En tu mundo gatuno, cuando un animal tiene cuatro patas, cola y pelaje de ratón, olor y movimientos de ratón, vive en cuevas de ratón, hace cagadas de ratón y se aparea con ratonas ¿Qué es?-
Levantó la cabeza, dejo de comer y me miró -¡Un ratón!-
-¿Y vos que hacés con ese animal?-
-¡Me lo como!-
-¡Ahí tenés!- Respondí aliviado -¡Eso es hacer las cosas simples y bien!-
-¿Por qué? ¿Ustedes los humanos no hacen lo mismo?-
-¡No! Acá en Argentina las personas pueden estar negras como la noche, pero no hay manera de atraparlas ¡Y además! Hay otras muchas personas que afirman que son unos soles-
-¡Pobres argentinos!- Dijo Tiger y siguió comiendo.


domingo, 9 de julio de 2017

Domingo de parto


El domingo pintaba para la famosa “come y duerme”, actividad especial para los días de lluvia, o cuando los caminos están intransitables por el barro. Me levanté temprano, preparé el mate y me dispuse a leer cosas atrasadas y escribir varios informes. Pero en época de parición las sorpresas siempre se presentan.
Alrededor de las nueve, me llamaron porque una vaquillona no podía parir cerca de La Numancia, un paraje que está a más de 30 kilómetros del pueblo, y al que se llega por un camino entre las sierras. Me puse la ropa de trabajo, cargué todos los elementos y salí silbando bajito.
Cuando llegué, me encontré con un cuadro desalentador. La parturienta estaba suelta en el potrero y solo había un muchachito sin experiencia dispuesto a ayudarme. Junté coraje, llevé al animal hasta un rincón arreándolo con la camioneta, bajé despacio para que no se moviera y después de revolear con cuidado, alcancé a enlazarla limpiamente. La até en un poste, la voltee y me puse a trabajar para acomodar el ternero que venía con la cabeza desviada hacia atrás. De pronto, entre pujo y pujo, la vaquillona me dijo:
-¡Que manga de inútiles hay en este campo dotor!-
Al principio me sorprendí, pero enseguida me di cuenta que la pobre estaba con ganas de desahogarse -¿Por qué lo decís morocha?
-Porque somos 120 compañeras que estamos preñadas y de las primeras 25 o 30 que parieron, estos tipos no pudieron ayudar a ninguna. Se murieron 7 terneros y 2 hermanas mías ¿No le parece una barbaridad dotor?-
-¿Cómo puede ser? ¿Y por qué no me llamaron antes?-
-¡Porque dicen que el pobre pibe este que lo está mirando se tiene que arreglar solo! Y la verdad es que no sabe ni donde tiene la cabeza, pero hoy, cuando me encontró a mí, con mi hijo atravesado, llamó a los jefes y les dijo que si no mandaban al veterinario, él se iba del campo… ¡Por eso lo llamaron!-
En un último tirón acomodé el ternero y pudimos sacarlo sin mucho esfuerzo.
Después de lavarme y al tenderle la mano para despedirme, Martín, que así se llama el chico, mi miró contento y pidió mi número de teléfono.
-¡Gracias Doctor! ¡No sabe la bronca que me da que se me mueran terneros y vaquillonas por no poder parir! En la próxima lo llamo directamente y que salga pato o gallareta.
-¡Nos vemos Martín!-
-¡Chau doctor!


  

Lo que se viene

  Me pasa muy seguido de querer ponerme a escribir notas, artículos técnicos o relatos, tal como hago desde hace muchos años, y encontrarme ...