viernes, 26 de mayo de 2023

Residentes y amigos

 


Entre 1995 y 2020, pasaron por San Manuel, alrededor de 60 residentes. Alumnos de veterinaria de la UNICEN al principio, cuando se creo el sistema de pasantías en esa Facultad. Luego siguieron montones de estudiantes, y otros recién egresados, que venían un tiempo a trabajar con nosotros y hacer algo de experiencia. También llegaron algunos extranjeros. Una estudiante de Inglaterra, tres de Francia y un muchacho recién recibido de España. Por último, comenzaron a venir residentes de la Facultad de Veterinaria de La Plata. Hasta que la cuarentena dejó todo detenido.

En los primeros años era un problema conseguir algún lugar para que vivieran en el pueblo. Después, cuando San Manuel se transformó en un sitio atractivo para venir a trabajar, construí un rincón en el fondo de la veterinaria, donde instalé unas camas para alojarlos cómodamente. O casi. El “sucucho” lo llamamos.

Tengo que contarles que me gusta mucho compartir nuestro trabajo y nuestra modesta experiencia con aquellos que lo necesiten. Por eso diseñé un “Programa de entrenamiento en clínica y cirugía”, por el que los estudiantes o veterinarios nuevos, pueden venir un tiempo sin costo alguno, y acceder a nuestras prácticas con grandes y pequeños animales, hacer cirugía y algunas tareas de Laboratorio. Se van con un bonito certificado y un montón de recuerdos para atesorar.

Así que ya saben que estamos esperando nuevos amigos por acá.

miércoles, 24 de mayo de 2023

Pensando en las vocaciones



El cerebro de cualquier animal, desde un pescadito hasta un ser humano, durante su desarrollo tiene las llamadas “ventanas de aprendizaje”. Son períodos en los que ese cerebro es capaz de recibir, procesar y almacenar determinados datos, que quedan impresos en esa maraña increíble de células interconectadas. Eso se descubrió estudiando el canto de los pájaros. Las crías son capaces de reproducir los gorjeos de los adultos de su especie, solo si lo oyen en determinados momentos de su crianza. Esos momentos son las “ventanas de aprendizaje. Aún no se sabe como funcionan exactamente. Si en esos mismos períodos, el pichón no puede escuchar el canto de sus mayores, al ser adulto no podrá reproducir exactamente esas notas ¡Fascinante! ¿No?

Tal vez con el desarrollo de una vocación en el humano pasa lo mismo. Puede ser que durante su crianza, haya un momento en el que ese niño reciba alguna información, dato o estímulo, en el exacto período en que está mas receptivo, y allí quede alojado en un rincón de su cerebro.

En algún momento esa información se hará consciente y veremos al muchacho que decide ser arqueólogo, cuando en su familia son todos abogados, o aquél otro que opta por la carpintería, a pesar de que su padre es viajante de comercio.

En mi caso, no se cual habrá sido el proceso, pero nunca dude en seguir los pasos de mi padre en esta linda profesión. Desde mi primer recuerdo en el campo, tal vez a mis cinco o seis años, en que un empleado me preguntó que iba a ser de grande y le dije: -¡Veterinario-! Hasta el día de hoy, sesenta años después, sigo feliz y contento con esta actividad.

Solo a veces, pienso que también me hubiera gustado ser camionero.

  


lunes, 22 de mayo de 2023

Trabajo peligroso

 


-¡La vaca está en el potrero de la sierra, así que vamos a tener que llegar caminando!- Dijo Manuel. El encargado de Los Capullitos.

-¡No hay problema Manuel! No va a ser la primera vez.

Subimos con la Ranger hasta el final del sendero, y ahí la dejamos. Cargamos todo lo necesario para un parto simple o una cesárea, y arrancamos a pie hacia el lugar, donde esa mañana, habían encontrado a la vaca negra haciendo fuerza para largar su cría.

La sierra que está pegada al pueblo es bastante particular. Tiene una meseta superior de alrededor de 700 hectáreas. En este momento está llena de malezas y de un arbusto espinoso impenetrable, que se llama Curro. Además, hay una gran población de cerdos salvajes, pumas y ciervos, conviviendo en equilibrio con las vacas mansas y otras que nunca han podido encerrarse. Esto sin contar la gran cantidad de víboras Yarará, que se han visto este verano.

Por eso es un lugar bastante peligroso para hacer excursiones.

Cuando estábamos llegando hasta la vaca, vimos un gran movimiento de caranchos y chimangos, y descubrimos con sorpresa que una enorme chancha jabalí con sus crías, estaban almorzando la cola de la vaca y las manitos del ternero por nacer.

La cerda no daba señales de miedo por nuestra presencia y era urgente ahuyentarla para poder asistir el parto, así que Manuel decidió hacer un tiro al aire con la escopeta calibre 12. El estampido resonó como un trueno en el silencio de la sierra y obligó a la madre hambrienta y a sus crías, a emprender la retirada hasta unos curros que estaban a no más de treinta metros. Desde ahí nos estuvieron mirando, mientras nosotros empezábamos el trabajo de lo que inevitablemente sería una cesárea, ya que los restos del feto indicaban que el parto estaba demorado desde al menos tres días atrás, y sería imposible por vías naturales.

Yo avanzaba con la operación y Manuel vigilaba a la chancha, que desde allá lejos, seguía rezongando y con ganas de volver a comer.

Y de pronto lo que faltaba. Se sintió un tumulto y gritos desesperados de los lechones. Un enorme puma, que seguramente había estado todo ese tiempo acechando, tenía entre sus colmillos a uno de los pequeños chanchitos, que seguía chillando sin parar, mientras su madre bramaba tratando de asustar al gran gato. Pero fue inútil. En tres o cuatro saltos, el puma se perdió entre la maleza, mientras la chancha se retiraba definitivamente del escenario, con las crías que le quedaban.

Nosotros terminamos del sacar el ternero medio podrido, ayudamos a la vaca a levantarse, y emprendimos el regreso comentando la extraña aventura.

El hombre y el teléfono

  Cualquier empleado de campo, por más rústico que aparezca, anda con su teléfono celular en el bolsillo. La mayoría de los menores de 30 añ...