lunes, 10 de julio de 2023

Lo que se viene

 

Me pasa muy seguido de querer ponerme a escribir notas, artículos técnicos o relatos, tal como hago desde hace muchos años, y encontrarme con que se me hace difícil lograr una buena concentración.

De todas maneras, como soy bastante metódico y decidido (limado… diría mi hijo) me obligo a sentarme frente al teclado y empezar. Una vez que lo logro, la cosa vuelve a fluir.

Muchas veces me pongo a pensar a que se debe. Tal vez sea la edad, se me ocurre. Pero finalmente, vuelvo a una idea recurrente:

Creo que el bombardeo de información, imágenes y audios de múltiples pantallas, que tenemos los seres humanos en los últimos años, nos está haciendo perder, a la mayoría de nosotros, la capacidad de concentración, abstracción y pensamiento creativo.

Basta salir por calles y rutas para ver gente de todas las edades, con la vista fija en sus móviles. Incluso los que van manejando. En las salas de espera (ya no hay revistas), lugares para comer, paseos al aire libre y cuanto lugar se les ocurra, hay un humano concentrado en su teléfono.

Esto no puede ser un cambio inofensivo. Algo va a pasar.

Si en apenas diez años llegamos a esto, y la cosa promete ir creciendo con la sonada aparición del Chat GPT y Bing, seguramente en diez años más, habrá otra humanidad.

O más justa, libre y feliz; o completamente alienada, colonizada mentalmente por los pocos operadores de estos sistemas de comunicación, para vivir en un Gran Hermano permanente.

Como soy un optimista empedernido, creo en la primera opción.

Los pronósticos funestos siempre se han dado frente a los cambios en la humanidad. Seguramente por el miedo a lo desconocido. Pero de una forma u otra, hemos sobrevivido y evolucionado. Esta vez no será la excepción.  

 

El hombre y el teléfono

  Cualquier empleado de campo, por más rústico que aparezca, anda con su teléfono celular en el bolsillo. La mayoría de los menores de 30 añ...