jueves, 12 de julio de 2018

El Ruli





Ruli es ahora un carnerito muy desarrollado. Ya dejo de ser el cordero simpático que se convirtió en la atracción de Licenciado Matienzo.
A los pocos días de parirlo, su mamá oveja se enfermó y murió, así que el huerfanito cayó en la casa de Matilde Ferrero para ser criado guacho.
Esta buena mujer tiene seis perros adoptivos, así que Ruli, a falta de imagen ovina, pronto se identificó con sus nuevos compañeros y se empezó a comportar como uno más. Es decir que “se sintió perro”.
Con el tiempo, los vecinos empezaron a visitarlo para divertirse viendo sus hazañas.
Corre autos con sus amigos y hasta les da topetazos a las cubiertas, ante la imposibilidad de morderlas. Se sienta sobre sus cuartos como si fuera un Collie, esperando que le den de comer. “Atropella” a los desconocidos que se acercan a la casa y persigue a los gatos por las calles del pueblo, aunque no se sabe que pasaría si algún día alcanza a agarrar alguno.
Pero Ruli ha ido creciendo y ya se ha convertido en un carnerito fuerte y pesado. Por eso su última aventura le cambió la vida. Esa tarde llegó una vecina de Matilde a visitarla. Ruli estaba durmiendo en la puerta de la casa y se despertó sobresaltado. Tal vez por eso la desconoció. En un gesto perruno, se le vino encima y parándose en dos patas, llevó a la mujer contra la pared y le apoyó las pezuñas delanteras en el pecho. La mujer empezó a dar alaridos hasta que apareció Matilde y los separó.
Pero la moneda estaba lanzada. Al día siguiente lo llevaron al campo de un vecino de Matienzo y lo largaron junto con la majada, esperando que Ruli, por ser macho, pronto hiciera nuevas amistades.
La cuestión es que ya pasó más de un mes, y el tipo prefiere vivir con los perros del encargado antes que con las pecoras. Allá se lo ve todas las mañanas al trote largo atrás del caballo, cuando salen a recorrer.   

lunes, 2 de julio de 2018

Cero ideología

Realmente, a esta altura no me importa un pito la ideología.
Ya quedó ampliamente demostrado que las peores basuras humanas pueden tener ideologías de lo más dispares. Hasta contrapuestas.
Lo que ya no soporto es que haya tipos que agarren los cargos de gobierno para robar. Robar es un delito ¿Qué parte no se entiende? Y mucho más grave es robarle al país.
Y para robar disfrazan sus inmundicias con consignas vacías, mentiras infames, hipocresía al por mayor y dobles discursos.
Pensé que Menem era el peor castigo que le había tocado a la Argentina, pero vinieron los K y lo superaron hasta lo increíble. Se quedaron con la mitad de la Patagonia (literalmente), coches de lujo a montones, campos por todo el país, miles y miles de propiedades entre casas, hoteles y quintas. Aviones, yates y helicópteros. Contenedores con plata “física” que se les hecha a perder. Cuentas incalculables en paraísos fiscales y sabrá Dios cuantas cosas más.
Por eso me molesta tanto que ahora critiquen y se muestren desesperados por llevar a la renuncia a este gobierno.  
Vuelven a esconderse atrás de falsas ideologías. Que Macri es de derecha y por lo tanto un insensible que solo quiere hacer ricos a sus amigos.
Estupideces que reproducen hasta el hartazgo.
Creo que Macri ha sido una bendición para el país. En tres años ha hecho una obra colosal a partir de la miseria espantosa que le dejaron.
Y vuelvo al principio. No me importan un pito las ideologías. Solo pretendo que a la cabeza del gobierno haya gente inteligente, honesta, trabajadora, humilde y sensata. Sean de derecha, de izquierda, Radicales, Peronistas o de Cambiemos. Que los hay buenos y malos en cualquier lado.

Mientras haya una cabeza sana, el cuerpo se irá acomodando, pero si se pudre la cabeza (como pasó hasta hace poco), el pescado se pudrirá irremediablemente.    

Lo que se viene

  Me pasa muy seguido de querer ponerme a escribir notas, artículos técnicos o relatos, tal como hago desde hace muchos años, y encontrarme ...