martes, 26 de enero de 2010

Cosas del sexo animal

Es sabido que la mayoría de las hembras mamíferas son cíclicas sexualmente. Solo tienen períodos delimitados en los que aceptan al macho. Fuera de estas horas o días no les dan bola. Se dedican a pasear por los potreros comiendo pasto verde y charlando de cualquier tema, o a criar a sus hijos esperando que la vida pase.
El asunto es que los machos no son tan cíclicos, y en eso se parecen a la mayoría de los humanos. Andan con ganas todo el tiempo. Entonces han inventado ingeniosas formas de despuntar el vicio.
Los caballos pelan su enorme instrumento, tan similar al del hombre (en la forma) y comienzan a golpearse la panza ritmicamente hasta terminar la gran tarea solitaria en generoso casi medio litro de licor. Por eso es que se les pone un aro de goma detras del glande, de forma que al tener una erección, el molesto objeto les haga doler y desistan de la idea. Quien sabe que pensarán cuando se ponen a trabajar en esto ¿Nó? Cuando lo vea al petiso cara e´guiso le voy a preguntar.
Los toros son mas rapiditos. De pronto se quedan quietos. Desenvainan su fino y largo aparato, y encorvándose como con un dolor de panza, ponen las patas duras y largan 6 o 7 cc de semen. Despues siguen su marcha de lo mas orondos. Algo parecido hacen los carneros y concretan todavía mas rápido. Hay que estar muy atentos porque así como son muy ligeros al montar a la oveja en celo, esto lo hacen en menos de quince segundos.
Los perros, tal vez por el contacto cercano con los humanos, son mas sofisticados. A veces se estimulan con su boca tomando delicadamente el pirulito entre los dientes, otras se frotan contra cualquier objeto que les caiga simpático, y en ocasiones, usan algún involuntario "amigo" para la cosa acostumbrada.
Así era el cuzquito calentón de don Benigno. Como en la casa de este hombre no había perras agarró la moda de ensartar las pavas. Así que día por medio se abalanzaba sobre una de estas tontas pájaras y abrazándola con las manitos se le iba de un tirón. Lo malo es que al perro, cuando eyacula, el miembro se le dilata mucho (el famoso botón) entonces todo terminaba con las tripas de la pava desparramadas por el patio. Cuando Don Benigno vió el estropicio que estaba haciendo el valiente cuzco en su gallinero, me pidió que lo sometiera a una decorosa castración. Por suerte abandonó las mañas. Aunque un día, el gato de la vecina de don Benigno me comentó que algunas pavas se lamentaban en secreto al ver a su amigo eunuco ¡Si serán pavas! ¿Nó?

6 comentarios:

  1. JaJa este relato me hizo acordar muchisimas cosas, las clases de Anatomìa con todo el bromeo incluìdo como meter un testìculo en un bolsillo ajeno

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  2. y qué hay de cierto del toro rinconero?

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  3. jajaaj muy bueno!! xD

    Y seguramente debe tener historias sobre cierto primate que a veces le toma cariño a las ovejitas.. pero quizas no sea conveniente contarlas por aca jaja

    PD: pobres pavitas

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  4. Hola doctor, como dejar de leerlo es muy gracioso y educativo je
    oh que sustos se habrá llevado el doctor Macedo!
    Que sensacion horrible pobre hombre :S y Pipi con la vibora, yo no quisiera ser su amiga jaja
    Ahora con la perra en celo, y con dos perros, no sé q hacer para evitar q se encuentren...
    A tantas historias, tenia un conejo q no dudaba en subirse arriba de mi gato, y ni hablar del tortugo q se satisface solo! mi perro cuando le agarran las ganas se sube a mi otro perro, el pobre está tan viejo que le cuesta defenderse, tendencias gays tienen mis mascotas jaja
    un abrazo!

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  5. Yo tenía un gato al que voy a llamar "J" por si algún día me quiere hacer un juicio, que sistemáticamente violaba a un ratón gris de peluche que le habían regalado a Martina. Creo que le gustaba el chalequito rojo que tenía puesto.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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