Aunque la calidad del dibujo no es la mejor... ¿Se adivina que es un gato volador?
Castrar gatos es una maniobra quirúrgica bien sencilla. Hay recursos caseros para inmovilizarlos como meterlos dentro de un bota, apretarlos entre una puerta y el marco, o mantenerlos colgados agarrándolos firmemente de la piel del cuello y de la base de la cola.
Yo uso una pequeña y práctica variante. Los meto en una bolsa de las blancas de semilla, los envuelvo hasta que no se mueven y después, a traves de un cortecito en la misma, saco primero la cola y despues los dos rotundos testículos que quito en unos segundos.
Tan rápido es el asunto que una vez me arrimé al surtidor a cargar gasoil llevando una bolsa con un gato para operar adentro. Conversando con el playero decidimos hacer una carrera. Se trataba de ver quien terminaba primero. El cargando combustible o yo castrando... ¡Terminé la operación cuando el surtidor iba por 19 litros! ¡Y encima nunca me pagó la apuesta!
Pero el cuento era que un día cualquiera me llevaron un gato para operar. Estaba por empezar a hacerlo cuando sonó el teléfono. Me llamaban por una vaca de plantel que no podía parir. Así que enseguida hice el gato y me fuí a buscar a mis yernos, ambos veterinarios, que me acompañarían en el trabajo. Cargamos el instrumental y salimos rápido para el campo ¡Y me olvidé del gato en la bolsa!
La cuestión es que apenas movimos veo por el espejo que la bolsa volaba. Frené y me largué corriendo pero el gato ya no estaba. Se había escapado por el agujerito. Y a pesar de que volvimos un largo trecho caminando por la banquina no pudimos encontrarlo.
Y me presenté muy apesadumbrado en la casa de la dueña para avisarle que el gato había volado, y que estuviera alerta porque tal vez llegaría en cualquier momento... ¡Pero nunca mas volvió! Quien sabe que habrá sido del infeliz. Si no volvió por la tristeza de verse sin sus productos o se desorientó con el golpe y corrió para el campo ¡En fin! ¡Cosas que pasan a los vivos! Dijo un amigo.
Yo uso una pequeña y práctica variante. Los meto en una bolsa de las blancas de semilla, los envuelvo hasta que no se mueven y después, a traves de un cortecito en la misma, saco primero la cola y despues los dos rotundos testículos que quito en unos segundos.
Tan rápido es el asunto que una vez me arrimé al surtidor a cargar gasoil llevando una bolsa con un gato para operar adentro. Conversando con el playero decidimos hacer una carrera. Se trataba de ver quien terminaba primero. El cargando combustible o yo castrando... ¡Terminé la operación cuando el surtidor iba por 19 litros! ¡Y encima nunca me pagó la apuesta!
Pero el cuento era que un día cualquiera me llevaron un gato para operar. Estaba por empezar a hacerlo cuando sonó el teléfono. Me llamaban por una vaca de plantel que no podía parir. Así que enseguida hice el gato y me fuí a buscar a mis yernos, ambos veterinarios, que me acompañarían en el trabajo. Cargamos el instrumental y salimos rápido para el campo ¡Y me olvidé del gato en la bolsa!
La cuestión es que apenas movimos veo por el espejo que la bolsa volaba. Frené y me largué corriendo pero el gato ya no estaba. Se había escapado por el agujerito. Y a pesar de que volvimos un largo trecho caminando por la banquina no pudimos encontrarlo.
Y me presenté muy apesadumbrado en la casa de la dueña para avisarle que el gato había volado, y que estuviera alerta porque tal vez llegaría en cualquier momento... ¡Pero nunca mas volvió! Quien sabe que habrá sido del infeliz. Si no volvió por la tristeza de verse sin sus productos o se desorientó con el golpe y corrió para el campo ¡En fin! ¡Cosas que pasan a los vivos! Dijo un amigo.
oh, gran explicación, para mi que recien voy aprendiendo la anatomia de estos animales. Usted me castra a un gato en un bolsa y en tiempo record! lo hace ver tan fácil...
ResponderEliminarMuy interesante las entradas sobre los zorrinos, esos animales los acepto en el campo, pero me parece ya excesivo que algunos los quieran en la cuidad, y mucho menos en un departamento, aunq ese es otro tema
Que fiesta con las ovejas, eso me recuerda q este año todavia no probe asado (!)
me dio hambre...
Lindo el gato volador, tiene vestido jajaja
saludos doctor!
Hola Verónica!!! Creí que ya no seguías estas notas. ¡Y sí! Las cosas parecen fáciles porque en realidad son fáciles... Ja Ja
ResponderEliminarLos únicos que solemos complicarlas somos nosotros.
Y un saludo a Hernan que se lamentaba porque los vigis no me invitaron al asado. Creo que voy a tener que hacer un buen cordero para los dos ¡Hasta la próxima!
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