Creo haberlo escrito antes pero no importa.
Lo pensaba ahora que estoy tomando mate en la veterinaria antes de salir.
Esta profesión es una maravilla. Y si hacemos clínica muy intensamente, nos ayuda también a ser personas equilibradas.
En cuestión de días nos llena de satisfacción viendo difíciles casos resueltos de la mejor manera, y cuando podemos llegar a creernos buenos, y que se nos meta en el alma el bichito dañino de la soberbia, nos ubica en el punto justo haciendo que se nos muera el paciente menos pensado.
Hasta a Favaloro se le murieron un par de pacientes en Jacinto Arauz...no es cuestion de sentirse bueno, sino de estar tranquilo que se estan haciendo bien las cosas.
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