martes, 6 de abril de 2010

La época de los tactos

¡Que bueno! Llegó la época de los tactos.
Son alrededor de dos meses donde reviso mas de diez mil señoras vacas ¡Linda época! Se sale bien temprano, se trabaja muy fuerte, se transpira un montón, a veces hay asados en la manga y se llega a la noche con un cansancio dulce, que a uno lo hace dormir como un potro blanco (Expresión de un amigo que no entiendo bien. Tal vez los potros de otros pelajes no duerman profundamente).
Es el tiempo de reencontrarse con las mismas roturas en las mangas que están desde hace años sin que nadie las arregle, hasta que por fin se hace imposible seguir trabajando. O de correr en el huevo de las que no tienen puertas, y obligan a ir entrando de a una vaca por vez. O renegar en las que no entran mas de dos vacas, y al ser tan cortitas, hacen que las astutas bestias avancen y reculen a toda velocidad.
A propósito de esto me acuerdo de los trabajos que hacía hace mas de veinte años en lo de un señor que quedó ciego por la diabetes. Le decían el flaco. Vivían solos en el campo con su mujer y él se las ingeniaba para hacer cualquier tarea. Recorría tanteado los alambres, los arreglaba cuando se rompían y hasta se decía que calculaba el peso de un ternero escuchando su balido.
Cuando teníamos que hacer el tacto venía un vecino a ayudarle que era bastante calentón. La cuestión es que el no vidente trabajaba abriendo y cerrando una puerta en la punta de su manga muy precaria. Y despues de cerrar la puerta se quedaba paradito, agarrado del borde de arriba, asomando toda la cabeza con su gorra de vasco y mirando hacia la nada como cualquier ciego.
¡Lógico! Las vacas entraban a la manga y cuando lo veían, pegaban un bufido y retrocedían espantadas. Evaristo, el vecino se calentaba y le gritaba: -¡Correte flaco! ¿No te das cuenta que las vacas te ven y se vuelven?- Y el flaco, riéndose, le decía: -¡Que me van a ver! ¡No seas estúpido!- -¡El que no las vé sos vos flaco! ¡Correte o me voy a la mierda!- Contestaba Evaristo echando espuma por la boca de la rabia.
Y ahí empezaban la eterna pelea de todos los años y yo, mucho mas joven, tenía que correr el doble para hacer el trabajo, que al fin se me pasaba rapidísimo, divertido con la permanente discusión.

5 comentarios:

  1. Hola doc, es cierto ya empezamos a sufrir con las mangas....se transpira bastante, pero aparte hay que tener ojos hasta en la nuca para que las vaquitas no te pasen por arriba o un palo o tabla que se quiebre te la de en la cabeza, jajaja lo que está asegurado es un sueño muy profundo!
    Un abrazo y cuidá el cuerpo!!!!

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  2. Ja no solo eso, uno de los vete mas antiguos de la Dulce siempre cuenta que en un campo se encontró con un fabricante de mangas y le comento,.. ja ustedes son los enemigos principales de los veterinarios, quien los asesora en como fabricar mangas...., es cierto no? cuantos defectos tienen las mangas aún las nuevas.
    Saludos!!!

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  3. ¡Es verdad Panchotti! El de las mangas es un tema interminable, sobre todo para nosotros... Ja Ja

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  4. El potro blanco es mas dormilon que el resto,por lo menos asi lo veo Yo.
    Te lastimaste muchas veces en la guitarra,NO?,ja,ja,ja. Es que CRETINA le saca toda la plata a los productores y no se pueden arreglar las mangas!!

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  5. lo que no puedo creer es que sigas con la misma TRICOTA y sacandote la manga del mameluco
    no cambias mas !!!!! que genio!!!!

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Un Veterinario y las Mujeres Guerreras

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