miércoles, 7 de julio de 2010

Agiles y fuertes

Y buscando la fórmula del bienestar me hice una excursión hasta una reserva de animales silvestres en Sierra de la Ventana. Dejé la camioneta al pie de un cerro, cargué el equipo de mate y me largué a caminar sin rumbo. Después de pasar un hilito de agua de manantial que se deslizaba entre las piedras, encontré lo que buscaba. Un hermoso ciervo colorado que me vio llegar de lo más tranquilo, y me preguntó quién era. Le conté que era un veterinario de San Manuel y que andaba buscando la fórmula del bienestar entre los animales salvajes, o casi salvajes.
-¿Ajá?- Exclamó el ciervo -Yo me llamo Florencio y nací acá nomás. Atrás de aquella sierra- Dijo señalando con la punta del hocico -Es un buen lugar ¿Y qué es lo que quiere saber dotor?-
Contento con la buena predisposición del aspudo, le pregunté directamente: -¿Cómo es que ustedes, los animales que viven libres, siempre están en buen estado físico y se mantienen ágiles hasta que son viejos?-
Florencio se rió con ganas -¿Y eso es lo que quiere saber? Pero si parece que ustedes fueran ciegos o…-
-¿O qué?- Pregunté divertido, adivinándole la intención.
-No se ofenda dotor. Pero los humanos parecen ciegos o tontos. Vivimos con ustedes desde que el mundo es mundo y por más que nos miran y nos estudian no aprenden. Para estar sano, ágil y fuerte hay que vivir naturalmente. Caminar, correr, saltar, moverse y jugar mucho. Todo el tiempo ¡Pero no! Se empeñan en hacer todo lo contrario. Para ir de un lugar a otro, por más cerca que sea, se suben en algún vehículo, no corren ni para alcanzar el colectivo, jamás saltan aunque sea para bajar una fruta de la planta, Se mueven poco y nada, y los juegos que hacen o son con una computadora u con un mazo de cartas-
-¿Y vos como sabés todo eso?- Le pregunte asombrado de los detalles que conocía de nuestras costumbres.
-¡Vea amigo!- Me contestó -Seremos animales pero no estúpidos. Acá todo se sabe ¿O no hacen eso?-
-¡Y sí! ¡Muchos sí! Pero a otros nos gusta correr o hacer ejercicio-
-¡Boludeces dotor! Corren media hora y después se pasan el día frotándose aceites porque les parece que han hecho una hazaña ¿Usté quería el secreto para estar ágil aunque sea viejo? ¡Y bueno! Hay que hacer lo que le digo, caminar, correr, saltar, moverse todo lo que pueda y jugar mucho todos los días del año-
-¿Y bailar o trabajar?-
-¡Ah! Eso también puede andar bien. No se lo dije porque nosotros no bailamos y el asunto del trabajo sería motivo de otra charla. Pero también podría ser. Y diciendo esto, dio un tremendo salto y desapareció detrás de unas piedras. Y yo me quedé tomando mate y apuntando en rápidos garabatos las ideas de Florencio.

1 comentario:

  1. Muy buena nota!!!!! y que tan cierto es todo esto!!! Abrazo Jorge!!!

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