miércoles, 7 de julio de 2010

Estudiar y aprender

Es apasionante estudiar. Pero más que estudiar es apasionante saber o aprender algo nuevo ¡Cuanto placer hay en el descubrimiento! En abrir una ventana en el cerebro y que entre una idea o un razonamiento redondito como si fuera un rayo de luz.
¿No han tenido momentos en que estaban escuchando un profesor, o a quien fuera, o leyendo algo que les parecía complicado, y de golpe se les escaparon todas las nubes y entendieron? ¡Qué sensación reconfortante y tibia! ¡Qué bueno! Es un placer físico, o casi.
Y lo mejor de todo es que podemos disfrutarlo a cualquier edad y en cualquier condición. Le pasa a un estudiante desde el preescolar hasta la Facultad. Todavía hay chicos que recuerdan, quince años después, la alegría que tuvieron cuando en el Jardín de Infantes les fui mostrando los órganos internos de un ternero para terminar en el descubrimiento de un hermoso fetito. Y todavía son muchos los alumnos del curso de neurofisiología de la Facultad que sonríen al recordar lo que sintieron al comprender como es que la emoción está tan asociada al aprendizaje en una rata o en un humano.
Y que se puede aprender y tener razonamientos exquisitos en cualquier condición lo prueban seres tan excepcionales como Stephen Hawking, capaz de “descubrir” los agujeros negros del universo solo con el inmenso poder de su mente, en un cuerpo casi sin vida.

1 comentario:

  1. Es verdad!!! yo a éste no lo había visto.
    En cuanto al texto, coincido. Siempre les digo a mis alumnos entreverados en alguna estructura compleja que le den tiempo,que sigan intentando y que un día se da el "click", cuando lo difícil se vuelve tan simple que decís... "puede ser que no me haya dado cuenta antees?"

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