lunes, 28 de diciembre de 2009

Rayos y centellas

Acá se ven varios novillos muertos pero por otra causa distinta a la del cuento de hoy

¡Rayos y centellas! Solía juramentar Robin, el incondicional amigo y colaborador de Batman. Y en estos días de tormentas inesperadas, lluvias descontroladas y granizos destructores, me acordé de un caso muy grave en el que me tocó participar hace algunos años.
En nuestra zona, no sé si por tener gran cantidad de sierras alrededor, o porque sí nomás, suele haber muchos accidentes con animales provocados por rayos o centellas. Los rayos suelen caer sobre un punto determinado afectando los animales que estén cerca, mientras que las centellas se desplazan sobre la superficie haciendo bastante mas daño.
Ese 1º de enero estaba en Necochea recién despertando de una noche de 31 con fiesta y algunos excesos, cuando sonó el teléfono en casa de mi familia. Me pedían que viniera urgente a San Manuel porque en el campo "La Chila", encontraron montones de animales muertos, y querían saber la causa.
A las dos horas estaba como un soldadito en el lugar y me enfrenté con un panorama tétrico. Todo sucedió en un potrero de alrededor de 40 has de rastrojo de trigo recién trillado, y con un molino cercado con alambre, en el medio. Allí tenían unos 90 novillos Angus que habían recorrido por última vez en la tarde del 31. Estaban en perfectas condiciones.
Menos de 24 horas después había ¡32 muertos! distribuidos en todo el perímetro del lote, separados entre sí por distancias variables de 30 a 150 metros, y alejados casi todos unos 20 metros del alambrado. Lo mismo pasó con 3 o 4 muertos que quedaron rodeando el molino.
Lo extraordinario fué que encontré casi la mitad de los muertos echados en una posición normal de descanso (algunos hasta con la cabeza levantada como rumiando) y el resto en la clásica posición de costado en que suelen morir. Parecía que la parca los había sorprendido. Que la cosa fué tan fulminate y rápida, que no les dió tiempo a agruparse dando la cola a las tormentas como suelen hacer.
Los casi 60 que quedaron vivos estaban bien. Solo se los notaba algo mas excitados que lo normal porque cuando llegamos en el auto se juntaron, y se largaron a correr un buen rato. Las necropsias no mostraron lesiones macroscópicas destacables. Solo encontré areas congestivo-hemorrágicas en el subcutaneo de la zona espinal. Desde la cabeza hasta la cola. Despues fuimos viendo en las varillas del alambrado, que los agujeros por donde pasa el alambre estaban quemados en muchos casos, y había otras partidas recientemente. A esto se sumó que la gente del campo contó que alrededor de las 0.30 hs, y mientras todavía estaban brindando, se oyó una explosión extraordinaria que hizo temblar los vidrios.
¡Listo! Quedó claro que el asunto fué provocado por una centella, así que reuní la enorme cantidad de datos que había recolectado, e hice un prolijo informe para la Dirección de Agrometeorología provincial, al tiempo que les pedía todos los detalles posibles sobre estos fenómenos.
Han pasado varios años desde entonces y todavía no me han contestado. Creo que ya no lo harán. Seguramente estos casos no les resultarán interesantes o tienen tantos datos que no supieron como enviarlos.

1 comentario:

  1. Hola Jorge muy interesante. En la facultad en una clase nos presentaron un caso de este tipo es para tener en cuenta. Por lo menos murieron 30 y no màs del total...Saludos y Feliz Año Nuevo.

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