jueves, 20 de agosto de 2009

Y el bandido no me hablaba

Me llamaron porque se revolcaba con signos de cólico. Entonces:
Le pregunté donde le dolía y me miró nomas.
Le pregunté que había comido y dió vuelta la cabeza.
Le pregunté cuando empezó con molestias y se tiró un pedo ruidoso.
Le pregunté si había notado cambios en la bosta y casi me muerde en las costillas.
Como me dí cuenta que el overo no cooperaría, decidí hacer un diagnóstico y tratarlo sin tener en cuenta su opinión.
¡Que suerte tienen los médicos de humanos!

2 comentarios:

  1. Y no será que el overo era mudo???? JaJa Muy bueno

    ResponderEliminar
  2. Ahi tenés!!! Tenía que ser mi homónimo para ser tan perspicaz...Ja Gracias por el comentario. Jorge el autor

    ResponderEliminar

Un Veterinario y las Mujeres Guerreras

¡Ahí lo tienen! Para los que vivan lejos habrá también venta electrónica