lunes, 3 de agosto de 2009

De la ciencia, el progreso y los transgénicos

Cuando pensé en el tema sobre el que iba a escribir esta vez, vino a mi memoria un artículo que leí hace alrededor de quince años, en el que se consignaban los períodos de tiempo que se sucedieron entre los grandes avances de la humanidad.
Recuerdo que entre el fuego y la rueda, la humanidad había tenido que pasar decenas de miles de años. Entre el uso de la rueda y el descubrimiento de cómo aprovechar los metales, había otro intervalo muy grande, pero no tanto como el anterior. Se veía así, que los períodos entre los grandes hitos se fueron acortando cada vez mas, en una progresión geométrica.
¿Qué quiere decir esto? Significa que la humanidad en su conjunto, se manifiesta como un gran cuerpo que va precisando cada vez menos tiempo para adquirir nuevas habilidades y crear nuevas tecnologías. Esto no es no bueno ni malo, simplemente es así.
A medida que se fue saliendo del oscurantismo, a partir de las bases de la filosofía que sentaron los griegos y sobre todo con los pensadores de la Edad Media, y a pesar de las fuertes presiones en contra de los dogmáticos en general, los científicos fueron marcando el rumbo del progreso de la humanidad.
¿Qué es la ciencia? Es aplicar la inteligencia a un problema para llegar a resolverlo. Es buscar, y, si se puede, encontrar la verdad. Esto habla de que la ciencia no es dogmática, no está atada a prejuicios, debería ser independiente de la política y de las presiones económicas. El movil del científico es la curiosidad, el conocimiento y la verdad.
Este prólogo sirve para dejar en claro que los avances que se logran en el campo científico, gracias a las nuevas tecnologías, son vertiginosos y que esta actividad, la investigación, no es, como dije antes, ni buena ni mala, es parte del espíritu libre del ser humano, que no puede ser encerrado.
“Podrán matar mi cuerpo pero nó mi espíritu” ó “Bárbaros, las ideas no se matan” expresaron dos de tantos millones de seres humanos, cuya inteligencia los elevó por el resto de los mortales.
Y dicho esto, vamos al tema de los transgénicos.
Los transgénicos son los seres vivos, vegetales o animales, parte de cuyo material genético ha sido modificado. La cosa es así. Cada ser vivo está formado por miles de millones de pequeños ladrillos llamados células. La mayoría de estas células puede reproducirse y, para lograrlo, tienen en su interior el material genético, que es ni mas ni menos que una especie de ovillo de virulana que almacena, como en un CD, toda la información para formar una nueva célula.
Los científicos ¡Cuando nó! Pensaron… ¿Y que tal sería si por ejemplo, al material genético de una célula de trigo, le metemos un pedacito de información para que salga una planta resistente a alguna plaga? ¿Y se podrá che? Dijo otro cientifico mientras tomaban mate y hacían dibujitos en un borrador…¡Y! ¡Probemos! ¿Y saben qué? ¡Lo lograron! Crearon un transgénico, que a diferencia de otras plantas, resistía a la plaga.
En todo el mundo se empezó a trabajar en el tema, porque, a que negarlo, las posibilidades económicas que brindaba el descubrimiento eran enormes. Y aparecieron entonces plantas mas productivas, resistentes a enfermedades o capaces de soportar algunos plaguicidas. Un ejemplo emblemático es la soja RR que significa resistente al roundup, nombre comercial de un herbicida, el glifosato
¿Y con los animales? Tambien se está trabajando con animales, lográndose individuos, por ejemplo, superproductores de algunas hormonas, bacterias fabricantes de insulina y otras sensacionales maravillas.
¿Y entonces? ¿Por qué hay tanto miedo con los transgénicos si son tan buenos? La verdad ¡No sé! Se habla de presiones económicas, de lobbies de algunos países, siempre por intereses comerciales, y toda una serie de inmundicias semejantes.
Al fin y al cabo, nuestra castigada humanidad está demandando cada vez mas alimentos y la capacidad física del planeta para producirlos está llegando a su límite. Estas tecnologías han abierto una gran luz de esperanza y lo que es mas importante, no hay hasta el momento ningún trabajo serio que demuestre algún efecto negativo por el consumo de estos alimentos ¡Entonces! Según mi humilde opinión ¡Disfrutemos de los transgénicos y aprovechemos todo lo que nos brindan!

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