El campo en pleno verano tiene sus cosas.
Los calores amarillean los pastos y la tierra se vá aflojando hasta parecer un talco marrón. Si uno camina a mediodía por una callecita cualquiera mientras el sol castiga, los pies levantan nubes de tierra caliente. Al tender la vista, una resolana viboreante deforma el paisaje, mientras un zumbido persistente nos rellena los oídos. Lo que pasa es que en las horas de mas calor los pájaros andan metidos a la sombra entre los árboles, así que campo afuera no hay cosa que se mueva salvo los insectos mas resistentes.
Entonces se nos vienen en manada los tábanos de enormes ojos azules y verdes, mosquitos panzones, y moscas bien molestas. Da gusto ver a los perros cazarlas de un mordisco certero. Se hacen los bolas hasta que la negra zumbona se les pone a tiro y con velocidad increíble la bajan de una dentellada. La gente y los animales se mueven despacio. Como agobiados. El sol pega y duele. Los maíces se retuercen tratando de esconderse. La soja deja caer sus hojas como las alas caídas de una clueca cerca del nido. Y salen viboras y culebras a buscar alguna chuchería para comer, mientras las iguanas se pegan en el paisaje descansando sobre las piedras calientes.
Es la época de la cosecha fina y el disfrute del mate cocido con galleta o algún pan dulce, a la sombra de la máquina, en el parate cortito de la tarde. También es la época de dormir con las ventanas bien abiertas para que entre el fresco, mientras el humito jediondo de un espiral ahuyenta los mosquitos.
Los trabajos con la hacienda se hacen casi antes del amanecer o bien a la tardecita. He visto muchas veces morirse animales en los corrales cuando se los deja encerrados a mediodía. También he visto perder el puesto a encargados de campo porque un molino roto o alguna bebida tapada, terminó con vacas muertas a montones.
Son buenos los mates a la sombra de una planta grande despues de la siesta reparadora, o la madrugada fresca que nos llena de fuerza y energía.
También es lindo el campo en pleno verano.
Los calores amarillean los pastos y la tierra se vá aflojando hasta parecer un talco marrón. Si uno camina a mediodía por una callecita cualquiera mientras el sol castiga, los pies levantan nubes de tierra caliente. Al tender la vista, una resolana viboreante deforma el paisaje, mientras un zumbido persistente nos rellena los oídos. Lo que pasa es que en las horas de mas calor los pájaros andan metidos a la sombra entre los árboles, así que campo afuera no hay cosa que se mueva salvo los insectos mas resistentes.
Entonces se nos vienen en manada los tábanos de enormes ojos azules y verdes, mosquitos panzones, y moscas bien molestas. Da gusto ver a los perros cazarlas de un mordisco certero. Se hacen los bolas hasta que la negra zumbona se les pone a tiro y con velocidad increíble la bajan de una dentellada. La gente y los animales se mueven despacio. Como agobiados. El sol pega y duele. Los maíces se retuercen tratando de esconderse. La soja deja caer sus hojas como las alas caídas de una clueca cerca del nido. Y salen viboras y culebras a buscar alguna chuchería para comer, mientras las iguanas se pegan en el paisaje descansando sobre las piedras calientes.
Es la época de la cosecha fina y el disfrute del mate cocido con galleta o algún pan dulce, a la sombra de la máquina, en el parate cortito de la tarde. También es la época de dormir con las ventanas bien abiertas para que entre el fresco, mientras el humito jediondo de un espiral ahuyenta los mosquitos.
Los trabajos con la hacienda se hacen casi antes del amanecer o bien a la tardecita. He visto muchas veces morirse animales en los corrales cuando se los deja encerrados a mediodía. También he visto perder el puesto a encargados de campo porque un molino roto o alguna bebida tapada, terminó con vacas muertas a montones.
Son buenos los mates a la sombra de una planta grande despues de la siesta reparadora, o la madrugada fresca que nos llena de fuerza y energía.
También es lindo el campo en pleno verano.
Por esa parte del mundo teneis sol y calor y por estas latitudes de España, las aguas no cesan de caer.
ResponderEliminarAunque nos dan buen tiempo, hoy el entrenamniento con la yegua ha sido bajo un initerrunpido aguacero calador.
A pesar de las aguas los naranjos estan casi todos en plena floración, con su agradable olor a azahar, y eso que todavia falta para la primavera, que es cuando floecen los naranjos.
Un saludo de Gabriel desde España.
http://ggjineteraid.blogspot.com/