Los actuales residentes con mi hijo Juan, en medio del barro
Entré
como docente en la Facultad de Veterinaria de Tandil en 1986. Ya había sido
ayudante alumno durante mi carrera, en la cátedra de Fisiología Animal, y allí
volví, por invitación de su titular, Juan Carlos Catalano. Se vinieron años muy
intensos donde compartía el ejercicio profesional con la enseñanza, poniendo un
enorme esfuerzo en algo que me apasionó. Solía levantarme entre las 3 y las 4
de la mañana para preparar las clases, y luego poder salir a trabajar al campo
cuando amanecía.
Con
el cambio del plan de estudios, quedé en lo que se llamó Fisiología del Sistema
Nervioso, donde me fui haciendo un lugar, primero en esa cátedra y luego como
invitado a dar clases de Neuroanatomía y de Patología del sistema nervioso.
Concursé dos veces en esos años y fui ascendiendo lentamente, hasta quedar
prácticamente a cargo de todo el curso.
En
1995 estuve haciendo una residencia en la Facultad de Medicina de la UNAM,
Universidad Autónoma de Mexico, donde aprendí muy buenas técnicas para el
estudio de la neurofisiología, haciendo cirugías complejas en encéfalo de ratas
y gatos.
Además,
desde 1994, fui uno de los pioneros como tutor externo de residentes de nuestra
Facultad, y en pocos años, recibí más de 20 alumnos en San Manuel, que hicieron
sus primeros trotes en el campo, con las grandes bestias.
Lindos
años que se cargaron de historias y anécdotas con tanta gente circulando.
En
2003, una intriga palaciega en la Facultad me dejó afuera. Verdaderamente fue
una intriga porque aún hoy, 10 años después, no sé que fue lo que pasó ni hubo
alguien que me lo explicara claramente. Intenté hablar en ese momento, pero
nadie dio la cara ¡Increíble! Desde entonces suelo ir por alguna cosa a la
Facultad, donde deje muchos amigos, y siempre escucho el mismo canto: “Vos
tendrías que estar con nosotros” ó “una lástima tu pérdida”.
Obviamente
tengo alguna sospecha, pero ninguna certeza sobre el asunto.
A
partir de entonces, armé un programa de entrenamiento para los que quisieran
venir a San Manuel a realizar las mismas actividades que hacían los residentes,
y tuvo un gran éxito. Primero vinieron muchos de los chicos que ya se habían
anotado en el programa regular de la Facultad para hacer la residencia conmigo.
Cuando terminaban su período con el nuevo tutor que les asignaban, se venían
para acá. Después, recibí varios más, atraídos por la propuesta que también
publiqué en los comienzos de este blog y que aún sigo manteniendo.
Por
fin, cuando la Facultad de Veterinaria de La Plata comenzó con las prácticas
pre profesionales dentro de su plan de estudios, me eligieron como tutor. En
eso estoy ahora. Despuntando el vicio de la docencia, matizado con charlas que
he dado en colegios secundarios, primarios y hasta en jardines de infantes.
Me
gusta enseñar. Me dio ganas de contarlo y así salió.
Amigo Jorge, la vida es así, llena de complicaciones y muchas veces sin buscarlas, no sabes como te llegan, pero llegan y tus ilusiones con la cátedra se vieron frustradas, no busques culpables que estarán escondidos y muchas veces entre los "amigos".
ResponderEliminarPero tus amigos camperos te están agradecido por la labor que realizas día a día y con tus ilusiones intactas.
Cuando sacas las ganas de contar tus cosas, el cuerpo lo agradece y los conocidos se enteran del porque de las cosas.
Sigue con tu ilusión y con las ganas de trabajar.
Saludos de Gabriel.
¡Que bárbaro Gabriel! Has hecho una radiografía del asunto con los pocos datos de mi escrito ¡Y es así nomás! Como diría un cantor criollo: "Lindo haberlo vivido para poderlo contar"
ResponderEliminarDe todas maneras, acá andamos con las pilas puestas y trabajando a todo pulmón en nuestras cosas. Un abrazo grande desde San Manuel para vos y los tuyos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJorge querido, a pesar de haber estado poco tiempo con ustedes, se apreciaron los momentos vividos, desde aquella primera tarde que llegamos con mi amigo y actual colega MV Eduardo Dupen, en donde Juan nos nos dejo ni acomodar los bolsos que nos saco para el campo a atender un parto distosico; hasta el ultimo sabado al medio dia, con ese lindo asado que te mandaste, jeje.
ResponderEliminarLa verdad que unas personas maravillosas nos encontramos en San Manuel, una calidez y recibimiento de primera, lastima que fue corta la estadia, pero bue...
Desde ya gracias por tus enseñanzas, anécdotas, chistes.
En algun momento estaremos con Eduardo por los pagos de San Manuel, si dios quiere.
Saludos desde 9 de Julio, MV Federico Conde
(cuiden el cuerpo) abrazo grande
Hola Federico: Que bueno que hayan aprovechado su paso por estas pampas!!! Aquí estaremos con leña seca esperando el asado, y si pinta, algún vasito de vino.
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