El domingo pintaba para la famosa “come y duerme”,
actividad especial para los días de lluvia, o cuando los caminos están intransitables
por el barro. Me levanté temprano, preparé el mate y me dispuse a leer cosas
atrasadas y escribir varios informes. Pero en época de parición las sorpresas
siempre se presentan.
Alrededor de las nueve, me llamaron porque una
vaquillona no podía parir cerca de La Numancia, un paraje que está a más de 30
kilómetros del pueblo, y al que se llega por un camino entre las sierras. Me
puse la ropa de trabajo, cargué todos los elementos y salí silbando bajito.
Cuando llegué, me encontré con un cuadro
desalentador. La parturienta estaba suelta en el potrero y solo había un
muchachito sin experiencia dispuesto a ayudarme. Junté coraje, llevé al animal
hasta un rincón arreándolo con la camioneta, bajé despacio para que no se
moviera y después de revolear con cuidado, alcancé a enlazarla limpiamente. La
até en un poste, la voltee y me puse a trabajar para acomodar el ternero que
venía con la cabeza desviada hacia atrás. De pronto, entre pujo y pujo, la
vaquillona me dijo:
-¡Que manga de inútiles hay en este campo dotor!-
Al principio me sorprendí, pero enseguida me di
cuenta que la pobre estaba con ganas de desahogarse -¿Por qué lo decís morocha?
-Porque somos 120 compañeras que estamos preñadas y
de las primeras 25 o 30 que parieron, estos tipos no pudieron ayudar a ninguna.
Se murieron 7 terneros y 2 hermanas mías ¿No le parece una barbaridad dotor?-
-¿Cómo puede ser? ¿Y por qué no me llamaron antes?-
-¡Porque dicen que el pobre pibe este que lo está
mirando se tiene que arreglar solo! Y la verdad es que no sabe ni donde tiene
la cabeza, pero hoy, cuando me encontró a mí, con mi hijo atravesado, llamó a
los jefes y les dijo que si no mandaban al veterinario, él se iba del campo…
¡Por eso lo llamaron!-
En un último tirón acomodé el ternero y pudimos
sacarlo sin mucho esfuerzo.
Después de lavarme y al tenderle la mano para
despedirme, Martín, que así se llama el chico, mi miró contento y pidió mi
número de teléfono.
-¡Gracias Doctor! ¡No sabe la bronca que me da que
se me mueran terneros y vaquillonas por no poder parir! En la próxima lo llamo
directamente y que salga pato o gallareta.
-¡Nos vemos Martín!-
-¡Chau doctor!
Buen BLog che!! buen contenido, variado y ademas actualizado, arranque leyendo unarticulo del 2011 y me dije "mm a ver si aun sigue publicando" y si! hoy mismo ajaja
ResponderEliminarSIga asi!!