jueves, 14 de diciembre de 2017

Fin de año en Argentina

Soy un laburante. Empeñoso, metódico y sin medida en el esfuerzo. Las pocas cosas que tengo las hice trabajando honestamente. El progreso fue lento y sostenido durante más de treinta años.
Pasaron los gobiernos más dispares y el tipo (o sea el que esto escribe), como una hormiguita, haciendo lo suyo sin ninguna ayuda del Estado. Es por esto que me considero en condiciones de opinar sobre la realidad. No le debo nada a nadie.
Mis comienzos como profesional coincidieron con el triunfo de Alfonsín, al que, aunque no lo voté, supe defender incluso frente a sus correligionarios, cuando resignó el gobierno después de una crisis generosamente creada por la oposición peronista. Siguió Menem y su desfachatez, dejando una grave degradación moral en el país. Con él daba todo igual. Fue el prototipo del piola, canchero y mujeriego, cosa que no sería tan grave si no hubiera alentado la idea de que es lo mismo “un burro que un gran profesor”. De la Rúa tal vez fue producto del cansancio de la sociedad frente a tanta impudicia. Era un hombre serio y reflexivo, aunque falto de energía, al que también, el peronismo se lo llevó por delante. Después de la crisis de gobernabilidad que creó su salida, apareció Kirchner y con él (ellos), los doce años más tremendos de saqueo y corrupción de los que haya memoria. Se robaron todo. Y al estar la cabeza podrida, abrieron la puerta para que cualquier funcionario menor se sumara a la fiesta. Hasta se llevaron los muebles de los despachos que abandonaron en 2015.
Nuevamente la sociedad se cansó y llegó Macri a la presidencia. Y por fin veo alguien capaz de dar vuelta el país. Un hombre íntegro, honesto, inteligente y con ideas que trascienden el momento. Imagina un futuro grande y trabaja sin descanso para encaminar las cosas. Esta vez hay una cabeza sana y confiable, y una persona así, a la fuerza se rodea de gente parecida.
Por eso me da mucha bronca ver como se mueve la oposición política y los sindicalistas, tratando de destruir, desacreditar, impedir y molestar permanentemente. Es muy triste.
Ojalá este gobierno siga para adelante. Se ve que tiene mucha fuerza para aguantar tanta porquería.

   

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