domingo, 21 de febrero de 2010

El domingo de Benitez

-¿A donde te vas?- Preguntó Benitez, mientras me miraba preparar el equipo de mate y bajar el instrumental de la camioneta
-¡A la playa Benitez! Ojala el domingo esté bueno y pueda hacer una corrida por la arena. Hoy tengo ganas de hacer distancia y despues darme un chapuzon interminable en el mar-
¡Que suerte! Oí que decía mientras atacaba el desayuno recién servido. Yo seguí contento con los preparativos.
-¿Puedo ir?- Dijo de pronto
-¿Como vas a ir a la playa? No estás acostumbrado. Además no hay lugares para vos-
-¡Y cuando podré salir entonces! Porque es cierto que yo hace tiempo que estoy acá y que esta jaula es mi vida, pero no sabés lo que me aburro cuando la veterinaria está cerrada y lo único que hago en todo el día es bajar de mi palito y picotear los mismos granos que estoy comiendo hace tres años-
Me dió lastima mi pobre canario naranja y le dije: -Lo que podría hacer es dejarte suelto en el local, pero tenés que tener cuidado con la pecera grande-
-¡Sí! ¡Ya sé! Me contaste un montón de veces la historia de Tevez, que se ahogó un día que lo dejaste suelto, pero la verdad es que estaría bueno poder moverme un poco mas. Confiá en mí-
Y entonces abrí la jaulita. Puse un poco de alimento en un plato chiquito y ví como volaba trabajosamente hasta el respaldo de la silla de la cocina.
-¡Chau Benitez! Cuidate-
-¡Chau Jorge! Que lo pasen bien-
Y me fuí a la playa.

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