sábado, 25 de enero de 2014

Viveza criolla

Cuando Pedro Benegas se hizo medio famoso en el ambiente del polo, le salieron varios trabajos buenos en poco tiempo. Es un muchacho fuera de lo común porque todo lo que sabe lo aprendió gracias a su curiosidad inagotable y su viveza extraordinaria. De cada paisano conocedor se llevó un poco de su ciencia; y así, se convirtió en un maestro en el arte de amansar, cuidar y preparar caballos de polo.
En el 2008 entró a trabajar con los Furcade en la EstanciaLa Ilusión”. Pronto demostró todo su valor y se acreditó con aquella gente poderosa, así que en la siguiente salida hacia Europa para hacer la temporada en España, Pedro fue número puesto para viajar con los petisos poleros.
Nunca había andado en avión, así que los trámites en Ezeiza lo pusieron bastante nervioso. Además, al ir vestido con bombachas, alpargatas, rastra, pañuelo al cuello y boina, lo miraban como a sapo de otro pozo, cosa que aparte de los nervios, le daba bastante bronca.
Cuando se acercó al mostrador de Aerolíneas Argentinas, dos porteños que atendían, tan vivos ellos, al verlo paisano y medio aturdido, quisieron hacerle una broma.
Pedro le dio el pasaje al primero, y el tipo, haciéndose el bolas, le dijo a su compañero:
-¡Nahuel! Este hombre tiene el pasaje 7A. Viaja parado ¿No?-
El otro pavote, siguiendo el chiste le gritó:
-¡Y sí! Todos los que tienen la letra A van parados-
La gente que estaba en la cola se miró desconcertada por la estupidez que estaban diciendo los dos empleados y Pedro, que se dio cuenta al instante de que lo querían gastar, puso mas cara de tonto y preguntó:
-¿Y cuanto dura el viaje hasta España?-
-Como 14 horas-
-¡Que macana pibe! Dijo Pedro –Si estoy parado mas de una hora se me afloja el culo y me cago hasta los talones ¡Yo no se si la gente del avión podrá aguantar el olor!-

El aplauso de los que escucharon todo brotó espontáneo y los dos vivos empleados no tuvieron más remedio que reírse.

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