La operación de Camila
Los ocho lechones
Me fui rapidito hasta “San Eduardo” porque había una
cerda que no podía parir. El campo está bastante lejos de San Manuel, y esa
tarde tenía programado otro trabajo, así que pensé en terminar el parto lo
antes posible y seguir camino.
Pero el hombre propone y Dios dispone. En cuanto
metí la mano por la vagina de Camila, la chancha mimosa de María, supe que no
iba a poder sacar los lechones por allí. Apenas alcanzaba a tocar con la punta
de los dedos, el hocico achatado y los colmillos muy filosos, del lechón que
había atrancado todo el parto. Después de algunos intentos, decidí hacer la
cesárea.
-¿Pero cómo? ¿Se puede hacer una cesárea a las
chanchas?- Preguntó María asombrada, mientras yo iba preparando el instrumental
– El otro día vi que el Dr. Pol mandó a sacrificar a una que no podía parir-
Todos los presentes, que eran varios, empezaron a
reir. Yo también. Ocurre que me gusta ver los programas de “El increíble Dr.
Pol” y justo vi ese episodio donde, después de luchar un tiempo largo, decide
sacrificar la cerda parturienta.
-¡Y bueno María! Ya ves que los de San Manuel
tenemos nuestras habilidades. En verdad he hecho cesáreas en vacas, yeguas,
ovejas, perras, gatas y cerdas con buenos resultados. Hasta me tocó una vez
hacerla en una hembrita de cobayo. Así que veremos que pasa con Camila.
Por suerte todo salió bien. Pude sacar seis lechones
vivos y dos muertos. María estaba feliz y Camila no pude saber, porque se
levantó enojada quien sabe por qué, y nos sacó a todos corriendo del chiquero.
Hola Jorge!!! Yo tuve la suerte de ayudarte en una cesarea de una cerda durante mi residencia. Recuerdo que fue un día de invierno muy frío y de noche, pero la operación fue todo un exito. Un abrazo Jorge.
ResponderEliminarGracias Nicolás!!! Me acuerdo de aquella vez. Te mando un abrazo grande. ¡Cuidá el cuerpo!
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