Todos hemos oído hablar de la famosa culebrilla. De lo brava que es esa enfermedad, que si se toca la cabeza con la cola te morís, y un montón de cosas parecidas.
Yo la tuve hace poco.
Salí un día temprano para hacer la necropsia a una enorme vaca careta. Lloviznaba y me puse a trabajar en eso. Estaba solo porque los dos mensuales andaban recorriendo en otra punta del campo. De golpe me dió un mareo fortísimo y me tuve que apoyar sobre la occisa, porque sinó, me caía de cabeza dentro de su panza. Así empezó. Los dos días siguientes me los pasé en cama con un dolor enorme en todo el cuerpo. En eso estaba, cuando me llamó un cliente, pastor evangélico y con aires de curador, para que le viera un ternero. Le dije que estaba enfermo y que en cuanto me recuperara iba.
Al tercer día me fuí a Tandil para consultar un médico. En cuanto me saqué la camisa el galeno, un hombre grande y muy buen clínico, dijo: -¡Pero esto es un herpes zooster! ¡La famosa culebrilla! ¿No viste esta lesión?- Y me mostraba algunos granitos amontonados en parte del torax y la espalda. -¡La verdad es que no la conocía!- Contesté
Enseguida me recetó un montón de eficaces medicinas para eliminar a la bandida y me tranquilizó diciendo que en 8 o 10 días estaría dominada. Volví a San Manuel acordándome de la famosa cura campera, frotando las lesiones con la panza de un sapo y pensé en probarla ¿Por qué no?
Al día siguiente, y con la ayuda de Juli, la panza del batracio fué prolijamente aplicada a mi persona. Milagrosamente, aunque piensen que no puede ser... ¡A las 8 horas estaba curado! Se los juro haciendo una cruz con los dedos. Esa misma tarde me fuí a trabajar al campo de lo mas contento.
Lo grande es que al día siguiente llegué a lo del del pastor a revisar su ternero. En cuanto me vió, sin darme tiempo a contarle de mi recuperación, dijo: -¿Vos tenés la culebrilla, Nó?-
-¡Sí!-
¿Crees en Dios?-
-¡Y sí!- Contesté sumiso.
Y ahí nomás se paró a mi costado, me puso una mano en el pecho y otra en la espalda, y mirando al cielo comenzó una especie de charla con el Altísimo. Casi largo la risa cuando en un momento lo apretó un poquito al Barba diciendo... -¡Y te pido también Señor que este hombre esté curado para las siete de la mañana!-
-¡Listo!- Terminó -Decí Amén-
¡Amén! Le contesté temiendo que se enojara alguno. Y no me animé a contarle todo lo del sapo para no herir su orgullo.
Yo la tuve hace poco.
Salí un día temprano para hacer la necropsia a una enorme vaca careta. Lloviznaba y me puse a trabajar en eso. Estaba solo porque los dos mensuales andaban recorriendo en otra punta del campo. De golpe me dió un mareo fortísimo y me tuve que apoyar sobre la occisa, porque sinó, me caía de cabeza dentro de su panza. Así empezó. Los dos días siguientes me los pasé en cama con un dolor enorme en todo el cuerpo. En eso estaba, cuando me llamó un cliente, pastor evangélico y con aires de curador, para que le viera un ternero. Le dije que estaba enfermo y que en cuanto me recuperara iba.
Al tercer día me fuí a Tandil para consultar un médico. En cuanto me saqué la camisa el galeno, un hombre grande y muy buen clínico, dijo: -¡Pero esto es un herpes zooster! ¡La famosa culebrilla! ¿No viste esta lesión?- Y me mostraba algunos granitos amontonados en parte del torax y la espalda. -¡La verdad es que no la conocía!- Contesté
Enseguida me recetó un montón de eficaces medicinas para eliminar a la bandida y me tranquilizó diciendo que en 8 o 10 días estaría dominada. Volví a San Manuel acordándome de la famosa cura campera, frotando las lesiones con la panza de un sapo y pensé en probarla ¿Por qué no?
Al día siguiente, y con la ayuda de Juli, la panza del batracio fué prolijamente aplicada a mi persona. Milagrosamente, aunque piensen que no puede ser... ¡A las 8 horas estaba curado! Se los juro haciendo una cruz con los dedos. Esa misma tarde me fuí a trabajar al campo de lo mas contento.
Lo grande es que al día siguiente llegué a lo del del pastor a revisar su ternero. En cuanto me vió, sin darme tiempo a contarle de mi recuperación, dijo: -¿Vos tenés la culebrilla, Nó?-
-¡Sí!-
¿Crees en Dios?-
-¡Y sí!- Contesté sumiso.
Y ahí nomás se paró a mi costado, me puso una mano en el pecho y otra en la espalda, y mirando al cielo comenzó una especie de charla con el Altísimo. Casi largo la risa cuando en un momento lo apretó un poquito al Barba diciendo... -¡Y te pido también Señor que este hombre esté curado para las siete de la mañana!-
-¡Listo!- Terminó -Decí Amén-
¡Amén! Le contesté temiendo que se enojara alguno. Y no me animé a contarle todo lo del sapo para no herir su orgullo.
jajajajajaj muy buena nota,yo sabia la del sapo con las berrugas.Abrazo.
ResponderEliminarJAJAJAJAJA buenísimo Doc, el pastor un fenómeno....como dice el dicho CREER O REBENTAR, aguante el sapito jajaja
ResponderEliminarUN ABRAZO
Por lo visto Dios no sólo cumple, sino que tiene horarios de oficina... Hay que tenerlo en cuenta. Supongo que la razón de que no se cumplan muchos milagros es que no se piden de 7 a 15hs...
ResponderEliminar¡Como andás ahijado! Ya veo que estás en sintonía con el pastor... Ja Ja
ResponderEliminarYo soy tan animal que me olvidé de darle un beso de agradecimiento al sapo por los servicios prestados
Ojalá estés mejor. Si te puedo ayudar con información médica te paso mi nota sobre culebrilla.
ResponderEliminarSuerte
A Silvina:
ResponderEliminarPor suerte se me pasó tal como lo cuento. Leí tu blog y unas cuantas cosas muy interesantes y te quise dejar allí algún comentario pero no tuve tiempo de hacer todo el trámite. Gracias
Barbaro lo que te paso y el que no lo crea lo lamento,son realidades y no hace falta ser un dotado pàra realizar esas curas yoi las aprendi cuando tenia 10 años me las emseño mi abulo en el campo solo hace falta tener fe una buena oracion y listo anocho justamente le enseño como ami me enseño mi abuelo a 2 persona. lic-aromero@sinectis.com.ar
ResponderEliminartambien te cuento que puedo curar el empacho, mal de ojo culebrilla pata de cabra y enseñar a hacerlo. lic-aromero@sinectis.com.ar
ResponderEliminardias propicio para la enseñanza 24 de diciembre, viernes santo ó 24 de junio lic-aromero2sinectis.com.ar
ResponderEliminarEs algun zapo en particular? yo la tengo y ya no se que hacer.
ResponderEliminarMe la empece a curar con tinta china y remedios y sigo igual es mas me salio otra erupcion en la espalda hoy por la mañana
saludos
Conozco muchas sanaciones con innumerables metodos, pero este del sapo no lo conocia.
ResponderEliminarLo de las verrugas si es muy corriente, con muchísimas maneras de curarlas, he curado muchas y todas con métodos diversos, siempre con la atención del paceiente, repetitivo en las acciones y se curan ó desaparecen.
Pero lo de la panza del sapo, esto es novedoso, ya que es una emfermedad que da muchos problemas tanto en las molestias como en el tiempo. La próxima vez que vea un Herpes Zoster, lo tendré en cuenta y ya veremos como responde. Saludos.