En el último año, Alicia había perdido a su padre, cambió de vida, y ahora tenía a su hermana desaparecida y a su madre que corría detras de ella. Solo le quedaba Lugano...
Así que decidió buscarlo. Empezó por la estancia "El Totoral". Habló por teléfono con el nuevo encargado pero allí no tenían noticias de Lugano desde que reapareciera despues de su aventura en la selva. Llamó a la policía de Corrientes y solo pudieron darle algunos datos de su familia en Gonzalez Chavez. Cuando se comunicó con la mamá no pudo contener la emoción y se largó a llorar en el teléfono, mientras ella le contaba de los últimos movimientos de Lugano. Supo así que estaba en San Manuel, un pequeño pueblo de la Provincia de Buenos Aires. Compró un mapa y estudió en detalle la forma de llegar.
Por fin partió a la aventura de encontrar al único que le quedaba de un pasado cercano en el que había sido tan feliz. Manejó tres días seguidos hasta que llegó a la veterinaria y habló con Natalia. Cuando supo que andabamos trabajando en el campo decidió hacer tiempo y se fué hasta el club para esperar que volvieramos. Contaba despues que al entrar sintió que era el centro de atención de un montón de hombres que jugaban al mus mientras tomaban el infaltable Gancia.
Comió algo y despues de mediodía volvió a la veterinaria y nos encontró. En realidad al único que pareció encontrar fué a Lugano. Y él a ella. Se abrazaron muy fuerte mientras se hablaban despacio en el oído. Con Natalia preferimos irnos a la cocina a preparar el mate mientras terminaba el emocionado encuentro.
Al rato entraron de la mano. Estaban radiantes. Recién ahí Lugano me la presentó y a las atropelladas me hablaron de los meses que pasaron juntos en El Totoral, y de como se gustaron mutuamente desde el primer momento.
Y la vida de Lugano cambió. Alicia se instaló con él en el sucucho y se hicieron inseparables. Salíamos al campo los tres. Lugano era otro. Recuperó la energía, el buen humor contagioso y las ganas de trabajar que tenía cuando lo conocí. Alicia hacía todo lo posible por ayudar, y al ser muchacha de campo, la verdad es que se desempeñaba bien en la manga.
Así se pasaron dos o tres meses hasta que una mañana, mientras tomabamos mate y esperábamos que ella se uniera al equipo para salir al campo, Lugano me dió la noticia: ¡Alicia estaba embarazada!
Continuará
Así que decidió buscarlo. Empezó por la estancia "El Totoral". Habló por teléfono con el nuevo encargado pero allí no tenían noticias de Lugano desde que reapareciera despues de su aventura en la selva. Llamó a la policía de Corrientes y solo pudieron darle algunos datos de su familia en Gonzalez Chavez. Cuando se comunicó con la mamá no pudo contener la emoción y se largó a llorar en el teléfono, mientras ella le contaba de los últimos movimientos de Lugano. Supo así que estaba en San Manuel, un pequeño pueblo de la Provincia de Buenos Aires. Compró un mapa y estudió en detalle la forma de llegar.
Por fin partió a la aventura de encontrar al único que le quedaba de un pasado cercano en el que había sido tan feliz. Manejó tres días seguidos hasta que llegó a la veterinaria y habló con Natalia. Cuando supo que andabamos trabajando en el campo decidió hacer tiempo y se fué hasta el club para esperar que volvieramos. Contaba despues que al entrar sintió que era el centro de atención de un montón de hombres que jugaban al mus mientras tomaban el infaltable Gancia.
Comió algo y despues de mediodía volvió a la veterinaria y nos encontró. En realidad al único que pareció encontrar fué a Lugano. Y él a ella. Se abrazaron muy fuerte mientras se hablaban despacio en el oído. Con Natalia preferimos irnos a la cocina a preparar el mate mientras terminaba el emocionado encuentro.
Al rato entraron de la mano. Estaban radiantes. Recién ahí Lugano me la presentó y a las atropelladas me hablaron de los meses que pasaron juntos en El Totoral, y de como se gustaron mutuamente desde el primer momento.
Y la vida de Lugano cambió. Alicia se instaló con él en el sucucho y se hicieron inseparables. Salíamos al campo los tres. Lugano era otro. Recuperó la energía, el buen humor contagioso y las ganas de trabajar que tenía cuando lo conocí. Alicia hacía todo lo posible por ayudar, y al ser muchacha de campo, la verdad es que se desempeñaba bien en la manga.
Así se pasaron dos o tres meses hasta que una mañana, mientras tomabamos mate y esperábamos que ella se uniera al equipo para salir al campo, Lugano me dió la noticia: ¡Alicia estaba embarazada!
Continuará
GUAUUUU Doc, se me puso la piel de gallina, que historia tenías guardada, me imagino que seguirá esta historia.......
ResponderEliminarLUGANO VIEJO Y PELUDO!!! NO PERDIA EL TIEMPO! SERA ALGO DEL PUEBLO
ResponderEliminarSí Panchotti, la historia es bien rara por lo que pasó despues. Ya vas a ver. Y al anónimo que dice que lo de Lugano será alguna influencia del pueblo le digo que es posible. Acá se ven cosas bien raras también... Ja Ja
ResponderEliminarya la pusiste a laburar a la pobre! no das respiro che!
ResponderEliminarSi el SUCUCHO hablara mas de uno tendria una historia no?,jejejejejje,cuando pase por la vete quiero conocerlo a ver si me contagio........
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