No es que conozca todo el mundo por haberlo recorrido, pero a la enorme cantidad de lugares que pisé en tantos años, le agrego un montón de documentales, películas y libros que me transportaron cómodamente a otros miles de rincones.
Y casi nada se compara con los caminitos que recorro cada mañana al salir al campo en San Manuel. Hay lomas, sierras, piedras gastadas, plantas desafiantes y un aire livianito que acaricia los pulmones en cada respirada.
Ni hablar si uno para la camioneta un rato y se queda escuchando el concierto de pájaros recién empilchados después del emplume. Otra que los Wachiturros.
Hace poco volví de otro viajecito y vi lugares únicos. Mágicos. Pero tampoco ahora encontré un sitio donde este todo junto como en el mío.
Y casi nada se compara con los caminitos que recorro cada mañana al salir al campo en San Manuel. Hay lomas, sierras, piedras gastadas, plantas desafiantes y un aire livianito que acaricia los pulmones en cada respirada.
Ni hablar si uno para la camioneta un rato y se queda escuchando el concierto de pájaros recién empilchados después del emplume. Otra que los Wachiturros.
Hace poco volví de otro viajecito y vi lugares únicos. Mágicos. Pero tampoco ahora encontré un sitio donde este todo junto como en el mío.
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