La imagen del título de este blog refleja lo que nos
está pasando desde hace unas seis semanas. Llueve fuerte, llueve más despacio,
después sale el sol un rato, de pronto sopla don viento con enormes ganas.
Amanece con una gran helada, y vuelve a llover fuerte y así vamos. Mientras
tanto, los caminos de tierra se van complicando. Barro, huellones, algún
pantano. Lo mismo pasa con las mangas. Los corrales son un pisadero y en los
que todavía no hay un pisadero, la gente trata de no encerrar para no
estropearlos más. Es lógico que el laburo se resienta. Tenemos montones de
vacas y toros por revisar todavía, pero solo vamos haciendo las urgencias a
duras penas, envueltos en ponchos y camperas impermeables.
Lo bueno es que nos va quedando tiempo libre para
escribir, encarar los proyectos de teatro y leer y estudiar sin apuro. Cosas
lindas pero que no nos dan de comer.
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