Complicaciones matinales en el viaje al campo
¡Basta! ¡Cortemos el tiempo de pelotudeo! (para los
lectores extranjeros, pelotudeo sería perder el tiempo en tonterías) Propongo
un límite bien intencionado y voluntarioso, intentando, por ejemplo, no dedicar
más de dos horas a cualquiera de estas actividades. Tal vez poniendo un timer
que avise que terminó el tiempo de la tontería diaria.
Un timer es muy barato en comparación con lo que se
pierde, estando sentado al pedo tanto tiempo.
Las mujeres que se quedan hasta cualquier hora
viendo Tinelli, tendrían que inventar algo y tal vez volverían a tejer ropa
para su familia y hacer bonitas prendas al crochet. O cocinar buena comida
casera para el día siguiente.
Y los varones a los que no les alcanzan las horas
para ver fotos de minas en Instagram o mirar futbol de cualquier parte del
mundo por TV, podrían usar su tiempo libre para hacer arreglos en la casa,
cultivar una buena huerta y tantas otras cosas útiles.
Hoy pensaba esto cuando me encontré con Martín, el
dueño de un campo de la zona, que posee la tecnofilia que les contaba. El tipo
estaba como loco devorando los millones de comentarios generados por la victoria
de Trump.
Yo había estado anoche con ensayo de teatro hasta
tarde, hoy me levanté temprano preocupado por el aguacero que estaba cayendo en
la zona, y apenas tuve tiempo de preparar las cosas para ir al campo por un
trabajo de inseminación a tiempo fijo impostergable. En el camino nos
encajamos, nos llenamos de barro y al final tuvimos que caminar los últimos
cinco kilómetros cortando campo, hasta llegar a la manga.
Nos esperaba Martín con la hacienda encerrada. Nos
saludó y enseguida me dijo: -¿Y? ¿Qué te parece lo de Trump?-
-¿Qué le pasa a Trump?- Pregunté.
-¿Qué? ¿No sabés? Es el nuevo presidente de USA-
-¡La verdad es que no sabía! ¿Y qué?- Le conteste
educadamente -¡A mí que me importa Trump! ¡Casi no tengo cosas más importantes
para pensar!-
Se rio y cambió de tema. Seguro que pensó que lo
estaba cargando.
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