¡Que grandes los matadores de toros, que hombres los jinetes rioplatenses y que huevos tienen los corredores de San Fermín! Los animales domesticos, en su conviviencia con los humanos, han pasado a formar parte de su cultura, costumbres, tradiciones y, por supuesto, diversiones. Siempre hablo de que en la relación del hombre con los animales, una de las premisas básicas es “no provocar sufrimiento innecesario".
Tal vez alguno podrá pensar ¿Cómo? ¿Esta loco? ¿Y acaso no sufren los toros en la arena? ¿Y los potros espoleados salvajemente? ¿Y los toros obligados a correr en San Fermín? Lo primero que pienso es que estas fiestas identifican una determinada comunidad, le dan identidad, la diferencian de otras.
En este tipo de eventos, y a pesar de que se trata de gente capacitada y entrenada, generalmente el hombre sufre tanto como las bestias, y en mas de una ocasión, sufre mas. Golpes, patadas, cornadas, fracturas. Trabajando en el campo he visto muchos mas hombres estropeados por las jineteadas, que potros en iguales condiciones y realmente, el que conoce, estará de acuerdo conmigo en que es así.
Ni hablar de la gente herida en los encierres de San Fermín donde el único malestar que tienen los toros hasta su llegada a la plaza, es que no saben si pisar algun vasco en pedo o meterle la punta de un cuerno en el culo a un atrevido turista gringo. ¿Y las corridas? ¡Que terrible como lo matan al toro! ¡Que patéticas las plazas de toros! Está bien, digamos que es una faena que dura un poco mas que lo normal en cualquier frigorífico, porque creo que todos saben que despues de la corrida la carne de esos toros se vende para consumo ¿Nó? ¿Y entonces? ¡Y por fín! He subido algun potro siendo mas joven y he visto a un toro correr hacia mí con sus 800 kilos apuntando a mi espalda ¡Y la verdad les digo! No puedo menos que admirar a los que se atraven con caballos tan salvajes que de solo pensar en darles una endovenosa nos tiembla la pera, con toros con unas aspas interminables; y a los que se largan a correr como locos delante de vacunos que de puro desorientados pueden pasarlos por arriba. Por lo tanto ¡Salud a todos los hombres que honran las tradiciones con tremendo par de ellos bien puestos!
Lo de San Fermín y las jineteadas, lo acepto; pero las plazas de toro y el sacrificio de un animal como espectáculo público me parece aberrante. Más allá de que el destino pudiera ser vender la carne (que no creo que vaya a consumo humano, un animal de ese tamaño y sometido a tanto estrés antes de la faena no debe ser para nada rico), es el proceso lo que no es legítimo. Que para disfrute del ser humano se sacrifique a un animal, se cobre entrada y se felicite al torero... no va por muy tradicional que sea. ¿Acaso sería lógico seguir teniendo en pie a los circos romanos para ver como los gladiadores son comidos por leones?
ResponderEliminarTampoco entiendo el placer de la caza para tener bichos embalsamados colgando de las paredes.
En fin, el tema dá para largo y son muchas las opiniones.
Seguramente se debe ser muy corajudo para realizar cualquiera de las tres cosas,una cosa que se observa tanto en la jineteada como en la plaza de toros es que siempre los participantes tienen mucha ayuda de terceros hasta que realmente estan juntos ellos solo con el animal y ahi es donde el mismo tiene mas desgaste ya que su stress es superior,si fuera desde el vamos entre ANIMAL-HOMBRE la cosa seria distinta,pero como el hombre se junta y lugra con esos espectaculos los ANIMALES que no logran safar llevan las de perder !!!!!!
ResponderEliminarY como para darle un cierre con humor realmente va a ser mas corajudo el HOMBRE que logre en estos tiempo que se viven que llegue a dominar a las Mujeres como lo hacen los PADRILLOS en sus manadas,ja,ja,ja,ja eso si seria ser bien Macho y no subirse a un macarron por 8 o 10 segundos con unas espuelas,je,je.Abrazo.
Me encantó el comentario de Gastón y estoy pensando entonces si nó seré medio animal porque he dominado bestias feroces... Ja Ja
ResponderEliminarSaludos a todos!!!!
"Porque cuando la muerte, aunque sea la de un animal, resulta tan divertida para alguien, estamos renunciando sencillamente a una de la mejores facetas de lo humano: la piedad."
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