Del flaco Galetti podría decírse que es distraído como mínimo, y caído del catre si se quiere exagerar.
Es un tipo raro. Divertido, enérgico, trabajador, pero con varias luces apagadas.
La familia tiene un campito entre San Manuel y Tandil. Hace unos años, el padre compró una camioneta nueva en Balcarce y le encargó al hijo que fuera a retirarla.
El flaco invitó al pata Reboredo, su amigo de toda la vida. Cargaron el equipo de mate y se tomaron el Pampa hasta la ciudad serrana. Allí el flaco firmó unos cuantos papeles, retiró el plástico de los asientos de la camioneta, y lleno de emoción, se acomodó atrás del volante para hacer el primer viaje en la hermosa máquina. En cuanto salieron de la ciudad, el pata preparó el mate, y ahí se venían los dos amigos a las risas, hasta que al pata se le dio por ponderar el hermoso llavero que les habían regalado en la agencia.
En esos tiempos, se podía sacar la llave de un vehículo gasolero en marcha, sin problemas. Todo seguía funcionando. Así que el flaco, sacó del tambor la llave con el llavero, y se lo pasó al pata para que lo viera.
Lo que no sabía el flaco era que al sacar la llave, el volante quedaba trabado.
Se dio cuenta de pronto, porque el redondo quedó fijo, y su camioneta, que vendría a 70 km, ya por la calle de tierra que pasa por La Numancia, siguió derechito por la cuneta, saltó una barranca, chocó el alambrado quebrando un poste y algunas varillas, y se paró como 100 metros adentro de un lote de maíz. Me contaban que los daños en el tren delantero y el frente del vehículo fueron tremendos.
Cuando por fin todo quedó en silencio, el flaco dijo: -¡Casi nos matamos pata!- Y el pata, mas blanco que un papel, y lleno de la yerba volcada del mate, que aún sostenía en la mano, le contestó enojado: -¡Casi me matás vos, flaco! ¿Sos estúpido o que te pasa?-
Y ahí nomás se disgustaron para siempre.
Es un tipo raro. Divertido, enérgico, trabajador, pero con varias luces apagadas.
La familia tiene un campito entre San Manuel y Tandil. Hace unos años, el padre compró una camioneta nueva en Balcarce y le encargó al hijo que fuera a retirarla.
El flaco invitó al pata Reboredo, su amigo de toda la vida. Cargaron el equipo de mate y se tomaron el Pampa hasta la ciudad serrana. Allí el flaco firmó unos cuantos papeles, retiró el plástico de los asientos de la camioneta, y lleno de emoción, se acomodó atrás del volante para hacer el primer viaje en la hermosa máquina. En cuanto salieron de la ciudad, el pata preparó el mate, y ahí se venían los dos amigos a las risas, hasta que al pata se le dio por ponderar el hermoso llavero que les habían regalado en la agencia.
En esos tiempos, se podía sacar la llave de un vehículo gasolero en marcha, sin problemas. Todo seguía funcionando. Así que el flaco, sacó del tambor la llave con el llavero, y se lo pasó al pata para que lo viera.
Lo que no sabía el flaco era que al sacar la llave, el volante quedaba trabado.
Se dio cuenta de pronto, porque el redondo quedó fijo, y su camioneta, que vendría a 70 km, ya por la calle de tierra que pasa por La Numancia, siguió derechito por la cuneta, saltó una barranca, chocó el alambrado quebrando un poste y algunas varillas, y se paró como 100 metros adentro de un lote de maíz. Me contaban que los daños en el tren delantero y el frente del vehículo fueron tremendos.
Cuando por fin todo quedó en silencio, el flaco dijo: -¡Casi nos matamos pata!- Y el pata, mas blanco que un papel, y lleno de la yerba volcada del mate, que aún sostenía en la mano, le contestó enojado: -¡Casi me matás vos, flaco! ¿Sos estúpido o que te pasa?-
Y ahí nomás se disgustaron para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario