En el campo, el gasto de nafta de un auto se calcula en viajes a la escuela, o idas y vuelta al pueblo. Así, el consumo se clasifica en tres categorías: Gasta cualquier cantidad, no gasta tanto y no gasta nada.
Ayer pensaba que no me enfermo porque no tengo tiempo.
Un correntino amigo dice que al frío o al calor: “No hay que darle pelota dotor” ¡No es mala idea!
El mate y el churrasco, después de una mañana de trabajo en la manga, hechos a las apuradas con un buen fueguito calentón, son mucho mejores que otros cualquiera.
Que buenos olores son los de la tierra reseca, de la bosta de vaca o de caballo, del agua de un tanque o de un arroyo y de las bolsas de semilla en un galpón.
Uno se acostumbra tanto a saludar cuando se cruza con otro en el pueblo, que muchas veces hace el mismo gesto en la ciudad y se le quedan mirando sin entender.
Los perros de un puestero casi nunca se enferman. Solamente los pican las víboras, los muerden las nutrias o los patean los caballos.
Desde el caballo se ve mucho mejor el campo. Que lastima que ahora usen camionetas o motos para recorrer.
Ojalá la gente fuera tan previsible como un caballo o una vaca, que cuando son jodidos no disimulan.
Que buenos son los peludos y mulitas al horno, los huevos de pato y gallareta juntados en la laguna, las perdices en un guiso con arroz y las vizcachas en escabeche.
Ayer pensaba que no me enfermo porque no tengo tiempo.
Un correntino amigo dice que al frío o al calor: “No hay que darle pelota dotor” ¡No es mala idea!
El mate y el churrasco, después de una mañana de trabajo en la manga, hechos a las apuradas con un buen fueguito calentón, son mucho mejores que otros cualquiera.
Que buenos olores son los de la tierra reseca, de la bosta de vaca o de caballo, del agua de un tanque o de un arroyo y de las bolsas de semilla en un galpón.
Uno se acostumbra tanto a saludar cuando se cruza con otro en el pueblo, que muchas veces hace el mismo gesto en la ciudad y se le quedan mirando sin entender.
Los perros de un puestero casi nunca se enferman. Solamente los pican las víboras, los muerden las nutrias o los patean los caballos.
Desde el caballo se ve mucho mejor el campo. Que lastima que ahora usen camionetas o motos para recorrer.
Ojalá la gente fuera tan previsible como un caballo o una vaca, que cuando son jodidos no disimulan.
Que buenos son los peludos y mulitas al horno, los huevos de pato y gallareta juntados en la laguna, las perdices en un guiso con arroz y las vizcachas en escabeche.
Jorge dices verdades, antiguamente y no son tantos los años, cuando se caminaba a pie o a caballo, era de ley y por norma el dar los buenos dias o las buenas tardes.
ResponderEliminarHoy en dia cuando entreno por el campo a caballo y me cruzo con algún caminante, lo saludo y algunos te miran como si dijera, ¿yo de que te conozco?, son costumbres que se van perdiendo.
Yo creo que es la falta de comunicación entre las personas y las buenas costumbres se van perdiendo.
Recuerdo de pequeño, cuando entrabamos del campo a caballo por un pueblo de la Sierra de Huelva, montabamos de dos en dos en los caballos y uno daba las buenas tardes por la derecha y el otro por la izquierda, para no dejar a nadie sin saludar.
En aquellos tiempos se tomaba el fresco en las puertas de las casas, donde se hacia la tertulia.
Que buenos tiempos aquellos.
Saludos desde España de Gabriel.
Lo que pasa que aca nos quieren acostumbrar a YANKILANDIA,en breve no mas los gauchos aparte de andar en cuatriciclo tambien van a llevar en la mano una bolsita de MAC DONAL con la promo felizzzzzzzzzzzzzzzz,ya te voy a ir a visitar a la VETE con una gorrita vicera puesta al reves,una vermuda hasta las rodillas y unas ALL SATAR O OJOTAS como a vos mas te guste y en lugar de MATE te voy a pedir que me esperes con un MILK SHAKE !!!!
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